Todos sabemos que, lamentablemente, la posible ampliación de la Ley del aborto por parte de este Gobierno pretende dar a la mujer el derecho a decidir sobre la vida de su hijo. Parece ser que de poco sirven las escalofriantes estadísticas anuales de abortos perpetrados en España, porque con esta nueva Ley es muy previsible que la cifra aumente.Y, lo que es más grave, el aborto pasaría de no estar penalizado a convertirse en un derecho a matar al bebé.
No solo algunos políticos, sino que parte de la sociedad parece ser indiferente al horror de propuestas semejantes. Frente a esta situación, no cabe más que intentar sensibilizar a la opinión pública para que reaccione, no solo intelectual, sino también, y sobre todo, emotivamente.
Muchos, creyentes y no, sabemos que un feto es un ser humano cuya vida hay que preservar. Los creyentes, además, sabemos que está dotado de un alma inmortal, que es un hijo de Dios. ¿ Qué cordón umbilical espiritual le uniría, entonces, con Él ?. ¿Qué sabiduría le podría otorgar el Creador ante la posibilidad de su no nacimiento ? Es dificil contestar a estas preguntas. Pero para Dios no hay nada imposible. Incluso que un hijo nonato reflexione y se convierta en abogado defensor de su madre. Ésto es lo que he tratado de reflejar, en forma de parábola, en el texto que les adjunto, inspirado en la bella y emotiva composición musical de Michael Knopfler, wild theme, de la banda sonora del film local hero.
Como en anteriores ocasiones, desearía indicar que el texto está inspirado en la personal impresión que me dejó la citada composición musical y, por tanto, aconsejaría que fuese leído acompañado de la audición de la misma; para tratar, no solo de convencer al que pueda necesitar ser convencido, sino para tratar de compartir un sentimiento.
Si alguien desea disponer de la citada grabación, estoy en disposición de proporcionársela.
Un cordial saludo.
Ángel Cabo.
Espíritu de Amor:
quiero ser tu embajador;
no es momento, Tú bien lo sabes,
porque no escucha Tu voz.
Ella no me buscó;
fue una experiencia en su corto caminar,
¡sí, la más bella!,
pero no lo pensó, ni lo decidió.
Corren tiempos de rara libertad,
y, ahora, no encajo en sus planes de vida;
de Ti, duda hasta la razón de Tu existir;
de mí, dice que no existo aún.
Sí, ella descubrió
en los brazos de su amor
que su cuerpo es un cosmos,
de donde vengo yo.
Pero su amor es parte de Tu Amor,
derramado como rocío;
¡yo, en su rostro, quiero contemplar
la vida que Tú me diste!
Ella conmigo más fuerte se hará;
será más sabia y más madura;
conmigo su vida se prolongará;
las más bellas sonrisas conmigo tendrá.
Espíritu de Amor:
soy tu embajador;
como aún no sé hablar,
provócale una emoción;
¡que sienta mi amor!.
Pero, si me arranca de su vida de raíz,
si decide vaciarse
y me arroja al foso del recuerdo…
que llegue a verme en Tu Luz;
que pueda vivir.