En estos tiempos de escepticismo religioso, en los que se pretende arrancar cualquier anhelo de trascendencia de la condición humana, todavía existen personas convencidas de que quien busca la verdad acaba encontrándola. Jorge M. Rodríguez Almenar es presidente del Centro Español de Sindonología (CES), una institución sin ánimo de lucro especializada en el estudio científico de la Sábana Santa, el Santo Sudario de Oviedo y demás reliquias que la tradición cristiana atribuye a la figura de Jesucristo. Aunque todavía quedan por resolver algunas de sus incógnitas, es evidente que todas ellas reflejan la dramática realidad de un hombre fallecido en la cruz después de atroces torturas. Sin duda una ocasión ésta para acoger el gran misterio que supone que Dios nos ame de tal manera que no evita que su Hijo, de cuerpo auténtico y real, muera y entre en el sepulcro, para concedernos finalmente con su Resurrección la Vida plena y para siempre.
Decimos que la Sábana Santa de Turín, el Santo Grial de Valencia, el Santo Sudario de Oviedo, el “Titulus Crucis” de Roma, son reliquias cristianas. ¿Qué significan para el Centro de sindonología?
Aparte de un recuerdo sentimental, para nosotros son documentos con una información que debemos desentrañar desde un punto de vista científico, independientemente de la creencias de cada cual.
Cuanto menos nos permiten buscar al Jesús histórico, una figura que despierta interés en creyentes y no creyentes ¿Por qué?
Indudablementre es el personaje que más ha influido e influye a lo largo de la Historia en la vida de las personas. Por otro lado, la historicidad de Jesús importa muchísimo pues es la base de la sociedad occidental. Lo quieran o no, estamos imbuidos en la civilización cristiana. El conocimiento de la personalidad de Jesús importa a todos, entre otras cosas, porque el cristianismo no es una religión de libro sino que se basa en hechos históricos, sobre todo en la resurrección de Cristo, que es la base del cristianismo.
¿Qué papel juega la fe en relación con las reliquias?
Las reliquias son objetos que desde el punto de vista teológico son consideradas “motivos de credibilidad” es decir, no son esenciales para la fe, pero sí pueden ser un soporte que prueba lo que por la fe creemos.
¿Qué lugar ocupan las reliquias en la fe cristiana?
De nuestra asociación forman parte creyentes y no creyentes. Hemos conocido la experiencia de personas alejadas de la fe que a través del conocimiento científico de estas reliquias se han encontrado con el Evangelio y a partir de ahí con Dios.
¿Es relevante el estudio científico para probar su autenticidad?
Para nosotros probar la autenticidad de las reliquias es fundamental. Si nosotros nos planteamos las reliquias como documentos históricos que nos informan sobre la personalidad de Jesús, lógicamente primero necesitamos saber si son auténticas o no, y luego conocer la información que aportan. La reliquia tiene un componente sentimental como pudiera tenerlo cualquier objeto de recuerdo, que posee un enlace afectivo con otra persona. Pero nuestra asociación va más allá del recuerdo, ya que nos centramos en el valor de la información que pueda contener. Algunas poseen mucha y otras menos, como ocurre con el Santo Cáliz de Valencia, del que todas las investigaciones coinciden en que probablemente sea el cáliz usado en la Última Cena. En este caso concreto se trataría de un recuerdo que nos relaciona con la institución de la Eucaristía, pero no nos transmite mucha información más al respecto. Sin embargo la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo dicen mucho de la persona que ha estado envuelta en esos lienzos. Lo que nosotros queremos resaltar es que la autenticidad es muy importante, pero no es nuestro objetivo final; solo un paso previo para extraer la amplia información que contienen.
¿Se tiene más veneración en este tiempo que la ciencia y tecnología permiten una cierta certeza histórica que hace siglos, en los que únicamente la tradición las avalaba?
Evidentemente en el siglo XX han sido cientos de millones las personas que conocen la existencia de la Sábana Santa y se han acercado a venerarla. Esto mismo en los siglos anteriores era impensable por la dificultad de la difusión y los desplazamientos. Aunque no podría decir si antes había más veneración que ahora o al revés.
prejuicios anticristianos
Contínuamente han sido trasladadas de un lugar a otro para salvarlas de la invasión de pueblos enemigos. ¿Cuáles son ahora sus enemigos? ¿Existen hoy día prejuicios en torno a ellas?
Existen muchos prejuicios. Los medios de comunicación no siempre han hecho ni hacen una labor de difusión positiva, aunque afortunadamente el interés de la gente está muy por encima del tratamiento informativo que reciba. No todos se dejan influir por las opiniones de los racionalistas radicales, quienes presuponen que, por principio, todas las religiones son falsas y todas las reliquias también. Es curioso cómo por ejemplo los medios de comunicación han resaltado la buena acogida de la exposición del pintor Sorolla, propiedad de la Hispanic Society of America, que durante sus dos años de recorrido por diferentes museos españoles ha conseguido dos millones y medio de visitantes; y en cambio, cuando tuvo lugar la última ostensión de la Sábana Santa durante 43 días entre abril y mayo de 2010, alcanzó el mismo número de visitas pero nadie se hizo eco de esta multitudinaria acogida.
Por otro lado también podemos afirmar que estas reliquias sufren discriminación en comparación con otros hallazgos arqueológicos. Sin ir más lejos hace unos años se descubrió una tumba en Macedonia perteneciente a un señor poderoso con una muesca cerca del ojo, sólo con estas averiguaciones dedujeron que se trataba del padre de Alejandro Magno; hombre rico que vivía en ese lugar y muerto por una flecha en el ojo. La Sábana Santa aporta mucha más información sobre una muerte que encaja perfectamente con la que según relatan los evangelios padeció Jesús de Nazaret, y también tal y como la arqueología define que era una muerte por crucifixión en esa época histórica; por la marca de los clavos, los agujeros en la cabeza por la corona de espinas, los latigazos en la espaldas etc. Por tanto la probabilidad de que la persona que cubrió la Sábana Santa sea la misma que relata el Evangelio es astronómica, y aun así, todavía hay gente que lo pone en duda.
¿Podríamos hablar entonces de un transfondo anticristiano?
Indudablemente. Un periodista socio nuestro ha escrito su tesis doctoral sobre el tratamiento informativo de la Sábana Santa en los medios de comunicación y ha llegado a la conclusión de que todos los medios contrarios utilizan un tono amarillista cuando hablan de ella mediante titulares polémicos, información sesgada, verdades a medias, etc.
Esto mismo corrobora que los muchos intentos a lo largo de la historia por eliminar estas santas reliquias persisten en la actualidad. ¿Por qué cree que no se ha conseguido acabar con ellas?
Está claro que la Providencia no ha querido que se destruyeran y sí en cambio que permanezcan todavía. Juan XXIII al ver la Sábana Santa dijo que “el dedo de Dios está aquí”. Efectivamente habiendo ocurrido tantos episodios trágicos en torno a ella, hay un deseo claro de Dios de que llegue hasta nuestros días. Cuando damos una conferencia sobre la Sábana Santa no lo hacemos desde un punto de vista emocional ni como una meditación sobre la Pasión, porque nuestro cometido no es ése. Pero sin embargo, al acabar mucha gente se acerca llorando y comentándonos el bien que le ha hecho”. ¡Es curioso!
También hay quien opina que la fe no debe basarse en nada. Esto es una barbaridad porque todas estas reliquias son una fuente de conocimiento que apoyan la fe cristiana. Cuando oigo decir: “yo no creo por una tela” me río porque en realidad esta tela aparece en el Evangelio, concretamente cuando Pedro y Juan van al sepulcro y ven los lienzos caídos. Afortunadamente el texto de la nueva traducción que se ha hecho del capítulo 20 de San Juan, aprobada por la Conferencia Episcopal, ya no dice lo de las vendas tiradas por el suelo, porque en griego no aparecían estas palabras. Traducirlo por “tendidos”, como aplanados, es mucho más parecido a la palabra original en griego que utiliza el evangelista, quien dice que los apóstoles vieron los lienzos “deshinchados”. También Juan se refiere al sudario, que en griego se tradujo como pañuelo para la cabeza, afirmando que no estaba con los lienzos sino enrollado aparte, y luego el evangelista dice “vio y creyó”. Hay una cierta tendencia a considerar que se cree en lo que no se ve, pero queda claramente recogido en el Evangelio que el discípulo vio y por eso creyó, es decir, vio la forma en la que había quedado la tela y le llamó la atención. Ése fue el origen para creer en la resurrección de Cristo.
Todos sabemos que la fe, aunque cada uno la sienta en el corazón, viene de fuera, no es algo que nace de la nada. Por eso San Agustín decía que “la fe entra por el oído”. Negar que la fe pueda estar apoyada en cosas materiales es una contaminación protestante, la cual afirma que todo aquel que necesita la historicidad de Jesús es una persona de fe débil. Esto es una herejía.
ciencia, creencia y conciencia
¿Existen casos en los que se confunda reliquia y relicario?
Sí, en la gran mayoría. Por ejemplo en la Santa Faz de Alicante lo que está expuesto es el relicario, pues la reliquia supuestamente está dentro. Con el Santo Cáliz de Valencia sucede lo mismo; como la gente ve el oro y las piedras preciosas pone en duda que se trate del original, que es precisamente el que está dentro, ya que lo que se ve es el relicario que lo protege. Igualmente ocurre con la Santa Cruz de Caravaca y con tantas otras reliquias.
Me imagino que habrá diversos centros de sindonología en el mundo. ¿Estáis en contacto unos con otros?
Sí, claro. Existe un centro de referencia, que es el Centro Internacional de Sindonología de Turín, que surgió cuando la Sábana Santa llega a esta ciudad del norte de Italia hace cuatro siglos. Evidentemente primero se crea una cofradía para su custodia y veneración, pero cuando en el siglo XX se realiza la primera fotografía de la Síndone y se descubre en el negativo la forma característica de las manchas, deja de considerarse solo una reliquia para pasar a ser también un objeto científico de primer orden. Entonces dentro de la misma cofradía se crea un centro de investigaciones científicas donde una serie de estudiosos de la universidad de Turín comienzan a interesarse por ella.
En todo el mundo existen diversas asociaciones en torno a la Síndone; unas son meramente devocionales, movidas exclusivamente por la veneración del rostro de Jesús, y otras de marcado carácter científico. Nosotros, el Centro Español de Sindonología (CES), con sede en Valencia, surgimos en el año 1987 con un objetivo tanto científico como religioso, pues aunque es una institución aconfesional, estamos abiertos a todos los puntos de vista. Por otro lado, he de resaltar que somos pioneros, y de momento los únicos, en la fundación de una escuela para quienes deseen continuar con la investigación y difusión rigurosa de la Síndone. Desgraciadamente la falta de rigor y objetividad se acusa mucho en el tema de la Sábana Santa, pues son muchos los que opinan sin tener idea de lo que están hablando. A mí no se me ocurre hacer una crítica de una operación a corazón abierto cuando yo desconozco la materia, pues con respecto a la Sábana Santa la gente habla muy a la ligera, a pesar de que no se trata de un tema opinable, sino solo estudiable.
En su caso personal, ¿qué le mueve a dedicarle tanto esfuerzo y sacrificio? ¿Qué recibe a cambio?
Esto mismo nos preguntan a todos los que estamos inmersos en esta aventura. A nivel personal me aporta muchísimo. Cuando uno descubre la maravilla que supone profundizar en este mar sin orillas; que se va ampliando según se avanza, desea conocer todavía más. Evidentemente tiene implicaciones de carácter personal pero también de misión, porque todos estamos llamados a la búsqueda y defensa de la Verdad, que siempre es más apasionante e interesante que la ficción.
más que una prenda funeraria
¿Qué es exactamente el Santo Sudario de Oviedo?
El evangelio de San Juan, como he dicho antes, habla del sudario como una de las prendas mortuorias que se encontraron en el sepulcro vacío. La tradición dice que en el siglo VI unos italianos visitan Tierra Santa y acuden a un monasterio donde siete monjes custodian el Sudario en un arca de madero de cedro, de lo que hay constancia histórica. Años después, para evitar el saqueo de los persas, los cristianos huyen con el arca del Sudario y otras reliquias por el Mediterráneo desplazándose hasta Alejandría, colonia bizantina. De allí viajan por el norte de África al puerto más lejano que era Cartagena, ciudad tomada por los visigodos. En esta ciudad el arca es custodiada por la familia de San Isidoro de Sevilla, formada por sus hermanos Leandro y Fulgencio, personajes todos muy ilustres de la Iglesia en esa España visigoda y quienes también llegaron a ser santos. Cuando la familia debe huir a Sevilla tras la conquista bizantina de esos territorios se llevan el arca con ellos. Cuando muere San Isidoro, su discípulo san Ildefonso, consagrado obispo de Toledo, se la llevó consigo a esta ciudad, por entonces capital del reino hispano-visigodo. Los reyes visigodos adquirieron la costumbre de consagrarse como tales delante del arca de las reliquias, como lo hizo el rey David delante del Arca de la Alianza. Cuando la invasión musulmana avanza, los cristianos huyen con el arca al norte de España para ponerla a salvo y llegan a Oviedo, donde consideran que es un buen escondite. Allí la entierran en una ermita del Monsacro, a diez kms de Oviedo. El rey Alfonso II el Casto mandó construirse un palacio y traslada el arca a la capilla, llamada “Cámara Santa”, donde permanece todavía. Actualmente esta capilla forma parte de la Catedral gótica de San Salvador, construida en el siglo XIV a partir de este palacio.
El Santo sudario está claramente relacionado con el Camino de Santiago primitivo que, como sabemos, pasaba por Oviedo. El hecho de que peregrinos de toda Europa recorrieran andando una orografía tan difícil, nos indica que era un objeto de gran veneración por la cristiandad. Incluso ha quedado constancia de que los peregrinos cantaban: «Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al siervo y deja al Señor».
Hasta la fecha ha habido dos congresos internacionales sobre el Sudario, uno en 1994 y otro en 2007. ¿A qué conclusiones se han llegado?
Que estamos ante una tela que ha estado, por las manchas de sangre impregnadas en ella, en la cabeza de un hombre de pelo largo, barba y bigote; que ha muerto en vertical, según revela también la sangre que sale por la boca, y posee heridas punzantes encima de la cabeza, compatibles con una corona de espinas colocada cuando aún estaba con vida y que ha permanecido en su cabeza durante la ejecución hasta el lugar en el que finalmente le quitaron el sudario, que debió ser una distancia corta.
Todo lo que se narra en el Evangelio referente a la muerte de Jesús coincide con la información que se desprende del Sudario y también con la tradición judía de aquella época, la cual obligaba a mover el cadáver con la cara tapada para evitar también el derramamiento de sangre pues se creía que en ella se encontraba el alma.
Por lo tanto, ¿se atreve usted a decir que el hombre del Sudario de Oviedo es Jesucristo?
No lo podemos demostrar al cien por cien pues en todo existe un margen de error, pero desde luego ya se llamaba Sudarium Domini (Sudario del Señor) desde hacía siglos. Nosotros con los datos que manejamos tenemos una convicción moral de que efectivamente puede ser Jesús de Nazaret; si es así, la información del Sudario es valiosísima porque nos añade muchos detalles de cómo se produjo el descendimiento y el entierro de Cristo.
¿Por qué da la sensación de que estas conclusiones no se difunden ampliamente?
Una razón clara es porque no le interesan a la gente. Si nos planteamos qué programa de televisión podría incluir este tema en sus contenidos no encontramos ninguno. Únicamente se le ha dado un poco de difusión en programas esotéricos, pero desde otro punto de vista al que nos gustaría.
Se da la circunstancia que fuera de España los estudios del Sudario de Oviedo sí se han dado eco y precisamente en programas tan prestigiosos como los de National Geographic, Discovery Channel, Canal de Historia etc.
¿Qué coincidencias y qué diferencias existen entre la Sábana Santa y el Santo Sudario de Oviedo?
La Sábana Santa y el Sudario se vienen a corroborar mutuamente. El ADN es una cadena de información tan enorme que si nosotros, por así decirlo, desenrolláramos una célula mediría unos tres metros. Lo que ocurre es que desde el momento en el que muere una persona, su ADN se va fraccionando y desapareciendo. Nosotros hemos encontrado en el Sudario fragmentos de ADN, pero es como si encontráramos dos páginas del libro de El Quijote y sólo por ellas pudiéramos aseverar al cien por cien que estamos ante el libro de Cervantes. La coincidencia de datos entre ambas reliquias es muy grande porque hay manchas prácticamente iguales y seguro que si lo pudiéramos demostrar por el ADN la coincidencia de que sean de la misma persona y que sea Jesús de Nazaret sería astronómica.
Por otro lado, comparando ambas reliquias podemos deducir que, con el Santo Sudario estamos ante un cadáver al que se le ha recogido la sangre de la cara. En las mismas circunstancias, si a un muerto se le hace padecer lo mismo obtendríamos iguales manchas de sangre. Pero su diferencia con la Sábana santa es que ésta posee dos tipos de manchas: unas de sangre que también se podrían reproducir y otras del cuerpo, las cuales son imposibles obtenerlas con ninguna de las técnicas conocidas. Este es el hecho insólito de la Síndone; su imagen es un enigma científico no resuelto que, por mucho que se pretenda descalificarla diciendo que es una falsificación medieval o de un muerto cualquiera, no hay forma de obtener una huella semejante, y eso que se lleva más de cien años intentándolo.
Aquí hay algo que no encaja. Realmente estamos ante un enigma de primer orden que no sé si algún día llegaremos a descifrar; desde luego si Dios quiere, seguro que sí.