Con la entrada en vigor el 5 de julio de la nueva Ley de Salud sexual y reproductiva en la interrupción voluntaria del embarazo, “la ideología de género” se impone de lleno en la sociedad española implantando su ramplona visión del ser humano y del mundo. Amaya Azcona, portavoz del Foro español de la Familia en materia de sexualidad, advierte sin tapujos del peligro que supone para nuestros adolescentes dejarse inocular por estas sentencias tan sesgadas respecto a cuestiones relevantes como la familia, la religión o la sexualidad. Pese a nuestra autoridad en ocasiones agrietada, ahora más que nunca los padres debemos asumir la responsabilidad indelegable que como tales tenemos con nuestros hijos, pues es mucho lo que unos y otros nos jugamos.
¿Cómo aborda la “ideología de género” la cuestión de la sexualidad y cómo se le está inculcando a nuestros jóvenes?
Primero, consideran la sexualidad exclusivamente como una necesidad biológica donde los demás aspectos de la persona no se implican, sino que es algo ajeno a ella; la banalizan tanto que tener relaciones sexuales es como hacer gimnasia, es decir, que no ocasiona problemas y son todo beneficios. Presentan una visión fría y cosificada de la sexualidad, basada sólo en la búsqueda del placer y en el uso de la anticoncepción y la contracepción de emergencia.
Los jóvenes de ahora, con apenas 12 años ya comienzan a recibir educación sexual en los colegios e institutos, pero ¿están bien informados?
En España se lleva informando a los jóvenes sobre sexo desde hace 25 años; sin embargo, todas las campañas han fracasado, con lo cual no es cuestión de información, sino de que se apoyan únicamente en el uso del preservativo. Está demostrado que los preservativos tienen una tasa de fallo de un 14% con el uso correcto, pero que incluso puede llegar al 18 ó 20% cuando es utilizado entre la población joven. Si a un adolescente se le dice que usando el preservativo no tendrá ningún problema, lo único que se consigue es incitarle a tener relaciones sexuales. Y la estadística señala que más relaciones sexuales siempre equivale a más embarazos y, por consiguiente, a más abortos; es decir, pese a tener más información, el problema en lugar de disminuir, se acrecienta.
¿Qué soluciones buscan las autoridades ante el aumento de embarazos no previstos y abortos?
Deciden recurrir a la píldora del día después (PDD) para no necesitar acudir al aborto por ser más agresivo. Pero nuestras autoridades sanitarias no informan que no existen estudios todavía sobre qué va a ocurrir con el uso indiscriminado de esta bomba hormonal que es la PDD, ya que no se usa una vez en la vida o ni siquiera en caso de extrema emergencia, sino que se sabe que hay jóvenes que la utilizan cada sábado como medida de anticoncepción. A esto que hay que sumarle dos riesgos: uno, que no se están protegiendo frente a las enfermedades de transmisión sexual y, otro, que es un método que también puede fallar. El último estudio realizado en febrero de este año en Francia sobre este tema ponía de manifiesto que más del 45% de los abortos practicados en el pasado año provenían de mujeres que utilizaban el DIU y la PDD, ambos contraceptivos.
¿Por qué ese empeño en simplificar las soluciones de grandes problemas?
El Gobierno quiere resolver un problema que se le va de las manos, y que asciende a 112.000 abortos al año, con lo cual no informa de la verdad, sino que aporta datos muy sesgados. Por ejemplo, no tiene en cuenta la opinión de los expertos respecto a que la PDD ocasionará problemas de esterilidad en un futuro, ya que rompe el endometrio para que no se implante el embrión. También pasa por alto las consecuencias psicológicas, y casi psiquiátricas, de las mujeres que se han sometido a un aborto, la mayoría presionadas por sus parejas. Las autoridades sanitarias niegan que sea un problema para la mujer; lo consideran una cuestión del cristianismo, que introduce el sentimiento de culpa en el ser humano. Quienes tratamos a estas mujeres vemos cómo el síndrome posaborto siempre existe en ellas. Puede que haya estado latente durante años pero al final, puesto que es ir en contra de la naturaleza, acaba saliendo a la luz.
aniquilar la maternidad que estorba
Es evidente que la nueva ley da alas a la “ideología de género” para su total infiltración. ¿Cuáles van a ser las líneas de actuación más específicas?
Por lo pronto, todos nuestros hospitales, consejerías de sanidad, centros de planificación familiar etc. están llenos de feministas radicales. Además, el Gobierno está elaborando un documento para toda España, una especie de libro blanco sobre salud sexual y reproductiva, en el que se recogerá toda la reglamentación de la “ideología de género”. Sin ir más lejos la nueva ley obliga a las Facultades de Medicina y de Enfermería a estudiar y ejecutar un aborto. Es decir, un médico no podrá obtener el título si no sabe o no ha ejecutado un aborto. Esto es grave y escandaloso de por sí, pero también porque va a calar en nuestros jóvenes la visión del aborto como un derecho, y de la pérdida de dignidad de la vida humana. Respecto a estos agentes de salud que visitarán a nuestros hijos en las aulas, no hay que olvidar que en el fondo van a enseñarles a usar el preservativo y a tomar la PDD, como también a informar de que el aborto está a su disposición sin ningún problema por parte de los médicos ni tampoco de los padres, ya que a partir de los 16 años no se van a enterar; y, por supuesto, les inculcarán la libre elección de la orientación sexual.
En definitiva, pasos todos encaminados rehusar de la maternidad. ¿De dónde viene esa obsesión?
La “ideología de género” proviene de EE.UU. y en la ONU ya está implantada totalmente, hasta el punto de que, si en los países no se elaboran leyes con estas perspectivas de género, no hay ayudas al desarrollo. Su lucha es fundamentalmente contra la maternidad porque considera que la mujer ha estado oprimida a lo largo de toda la historia por el hombre y la única manera de acabar con ello es renunciando a la maternidad para que pueda triunfar en el ámbito laboral, ya que piensa que los hijos son una rémora. Es un paso más del feminismo, es lo que se llama feminismo radical, pues no se conforma con luchar por los derechos sociales de la mujer, sino que va más allá. No cree en la complementariedad de los sexos, sino en que cada cual puede elegir el que le plazca, independientemente de aquel con el que haya nacido, ya que la sexualidad es cultural. El futuro no muy lejano va a ser una inyección que anule para siempre la menstruación y con ello se renuncia a ser madre definitivamente. Las consecuencias de esto irán más allá de las puramente físicas y psíquicas, ya que luchar contra el origen del hombre, que está basado en la complementariedad del hombre y la mujer, seguro que se volverá contra nosotros.
¿Qué consecuencias ocasiona ya esta visión en nuestros jóvenes?
Los jóvenes son muy receptivos. Una chica a los 16 años lo que busca es amar y ser amada. El ansia del ser humano es perseguir el ideal de verdad, de belleza, de bondad… y la juventud es un tiempo en que ello se anhela. Pero los jóvenes son hijos de su tiempo y se dejan llevar por estas corrientes. Las consecuencias de vivir la sexualidad alocadamente harán que muchos sean incapaces de mantener un matrimonio sólido, de no darle valor a la fidelidad, de no saber educar a los hijos con seriedad etc. Todo esto va a traer una quiebra social muy grande, aunque afortunadamente cada vez son más los que reconocen, tras darles argumentos sólidos, que ser moderno no es utilizar la PDD o abortar. Por eso la importancia de nuestra misión como padres.
¿Hemos tirado la toalla los padres? ¿Nos sentimos cansados y desalentados?
En muchos casos sí, porque algunos no tienen claro qué es lo que hay que transmitir; son de una generación perdida en algunos criterios y se encuentran con que, aquello que para su generación no fue muy grave, sí lo es para la de sus hijos. Hay montones de padres que no tienen práctica religiosa ni criterios morales definidos, pero están asustados frente a lo que van a recibir sus hijos.
¿Es posible hacer frente a este feminismo radical que nos viene?
Sí, aunque por lo general la gente está bastante perdida; cuando ve en la televisión o escucha noticias sobre estos temas, se horroriza; pero no tiene capacidad de actuación. Muchos se dejan llevar por el error de pensar que una gota en el océano no hace nada. Sabemos que es difícil cambiar la ley, pero es posible transformar la mentalidad social. Los grandes cambios de la sociedad siempre han sucedido por un “David” frente a un “Goliat”; pero si “David” no lucha, no ganará nunca. Y hay que tener muy en cuenta que una de las grandes trabas es confundir lo legal con lo moralmente aceptable: en esta época positivista en la que vivimos, cuando se aprueba una ley, la gente se acostumbra a ello y baja la guardia, pero hay que luchar hasta el final.
en alerta ante los experimentos de ingeniería social
¿Cómo actúa el Foro Español de la Familia para contener esta propaganda?
El Foro ha montado la campaña “La sexualidad sí importa, sin ningún género de dudas”, con la finalidad de informar a los padres de que la educación afectivo-sexual es algo interno de las familias, puesto que no se trata de enseñar unas técnicas, sino de transmitir una forma de vivir, y el Estado no puede atribuirse ese derecho. En octubre empezaremos para padres, las AMPA (Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos) y profesores, unas jornadas sobre estos temas ya que la información que se maneja viene muy falseada por el Gobierno. Esta campaña es por un lado informativa pero también preventiva, por lo que se ha creado el “Observatorio sobre el adoctrinamiento de género” para vigilar la imposición por parte de las autoridades de esta visión de la sexualidad en los colegios, institutos y universidades.
-¿Cómo está siendo acogida?
-Muy bien, ya que son muchos los que ven la necesidad de salir del aburguesamiento y profundizar en estos temas, que hasta hace poco eran tabúes. Sin ir más lejos, antes se consideraba que oponerse al aborto era de personas anticuadas y ahora ya se ha visto que esto no es una cuestión estrictamente política de izquierdas o de derechas, sino de una visión completa del ser humano.
Puesto que una guerra se vence con pequeñas batallas, ¿cómo podemos empezar a ganar combates en el día a día?
Siendo conscientes de que lo que pretenden con todo esto es hacer individuos acríticos y débiles, para en el fondo perpetuarse en el poder. Ellos utilizan cualquier herramienta de propaganda y nosotros tenemos que estar en alerta. Por ejemplo, en algo tan aparentemente simple como es el lenguaje, aprovechan para meter su sesgo particular: ellos hablan de reproducción y nosotros de procreación; hablan de embarazo no deseado y nosotros de embarazo no previsto; hablan de salud sexual y reproductiva y nosotros de salud materno-infantil.
¿El Foro tiene esperanza en que esta corriente de pensamiento puede cambiar?
Por supuesto, nosotros somos optimistas porque sabemos que este Gobierno pasará y esta ideología también, pues, aunque es atractiva para los jóvenes porque les permite y facilita hacer lo que ellos quieran, no tiene una base sólida. De hecho en EE.UU. ya se están viendo cambios: muchos estados no han aprobado la ley del aborto y rechazan los matrimonios entre homosexuales. Estos tiempos que nos ha tocado vivir no son peores que otros; son diferentes, ya que el ser humano siempre ha vivido entre conflictos. En momentos en que la moral ha sido algo impuesto de fuera y los individuos no la asumen verdaderamente porque no creen en ella, tampoco la transmiten a sus hijos, que es lo que ha pasado con la generación pasada. Hoy día, al menos no hay tanta hipocresía; quien tiene una visión definida del hombre y del mundo, la defiende y pretende transmitirla a los hijos, teniendo claro que es competencia de los padres. Son tiempos en los que hay que definirse, defender la verdad y preparar a los hijos para defenderla, y eso no es malo, pues enseña a vivir con integridad.