En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres.»
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto (San Lucas 9, 43b-45).
COMENTARIO
En este evangelio vemos a los discípulos asombrados y contentos de las cosas que hace Jesús: milagros, la Transfiguración… Y Jesús, caminando con ellos a Jerusalén, quiere hablarles de su verdadera misión: entregar su vida. Y dice el evangelio que ellos no entendían lo que les decía y además tenían miedo de preguntarle.
También nosotros podemos vernos reflejados en los discípulos; nos es fácil y gratificante seguir a Jesús cuando las cosas nos van bien, nos sentimos orgullosos de las cosas buenas que hacemos… Y Jesús, tantas veces, porque nos ama y quiere que vivamos en la verdad, nos habla en la vida a través de la Cruz, del sufrimiento, para que podamos experimentar que es el Señor y es su misión, rescatarnos de la mentira para poder vivir en la verdad que es negarnos a nuestra voluntad y amarle a Él y a los demás.