En el contexto de la Segunda Guerra Mundial el Hermano Roger Schutz tuvo la inspiración de fundar, en Taizé (Francia), una comunidad ecuménica orientada especialmente a los jóvenes para suplicar y conseguir de Dios el don de la Paz, y la unidad de los cristianos.
Un fruto de la vida de la Comunidad de Taizé fue – en los años 70-80 -, el Concilio de los jóvenes. Como continuación de aquella primera inspiración, hoy acabamos de celebrar el XXXIXº Encuentro internacional, que ha tenido lugar en Riga (Letonia), del 30 de diciembre 2016 al 1 de enero del 2017. El tema central, propuesto por el Hermano Alois, actual Prior de Taizé, ha sido:“Abrir juntos, caminos de esperanza.”
XXXVIII Encuentro Comunidad Ecuménica de Taizé (2016 Valencia)
Cerca de 15.000 jóvenes han estado aquí, procedentes de Ucrania, Bielorusia, Rusia, y muchos otros países de Europa y de otros continentes. Por primera vez, el Encuentro Europeo de Taizé ha sido organizado en un país de la antigua Unión Soviética.
Los días del Encuentro han transcurrido en un clima de intensa oración personal y comunitaria, de reflexión y de propuestas para el futuro.
Para que la comunión sea creíble, visible, el principal punto de referencia es Jesucristo: “Es en Jesucristo que todos somos hermanos. A través de Cristo nuestra pertenencia es real, total y para siempre. (Dietrich Bonhoeffer).”
“Se trata… de recoger lo que el Espíritu Santo ha sembrado en los demás como don que lo es también para nosotros.” (Papa Francisco)
Los creyentes, miramos con alegría a Cristo Resucitado, sabemos que la comunión ecuménica viene de Él, de su Misterio Pascual, de su victoria sobre la muerte y de su resurrección real, actual. Hoy, Cristo, en su Cruz, con su Sangre, y con su Cuerpo eclesial y sacramental, nos dice san Pablo en la Carta a los Efesios, rompe los muros de la enemistad y del odio, para hacer en Él, un solo pueblo de entre toda lengua, y toda nación.
Si queremos resumir estos días del XXXIX Encuentro Ecuménico en Riga, éstas palabras (Cfr. Ef 2, 14-22), son la mejor lectura de este acontecimiento.
En su tiempo libre, los jóvenes eligieron alguna de las actividades espirituales y culturales programadas para ellos (1).
Los nueve Mensajes (2) enviados a los organizadores del evento, muestran la atención que merece la irrupción de los jóvenes cristianos por la puerta grande del Tercer Milenio.
(1)
Tiempo de conversión participando del sacramento del perdón; Vidas de testigos de la esperanza: Madre María Skobtsova (1891-1945), una santa ortodoxa de nuestros días; la Vida de Frère Roger; la relación entre la Vida de la fe y la vida profesional; Iconos y cantos litúrgicos ortodoxos; preparación de una Visita a los cristianos de Egipto; reflexiones sobre la Encíclica del Papa Francisco “Laudato si”; Tratamiento de las Dependencias; 200 años de Arte de Letonia; Dónde está Dios en el Arte contemporáneo?; V. Kashcheyevs: la Creación y la Ciencia
(2)
Carta al XXXIX Encuentro de Taizé en Riga, Diciembre 2016:
El deseo de los jóvenes es ser protagonistas de la historia y no dejar que otros decidan su futuro.
Con Jesús, el amigo fiel que nunca decepciona, caminad hacia el futuro con alegría y ofreced vuestros talentos y habilidades para el bien de todos.
El mal no es la última palabra en nuestra historia. Porque «es tiempo de misericordia para todos, puesto que nadie puede pensar que está separado del poder del amor de Dios» (Carta Apostólica, Misericordia y Misera, sección 21).
Que ustedes, en la sencillez con que el hermano Roger dio testimonio, construyan puentes de amistad y hagan visible el amor con que Dios nos ama.
Homilía con ocasión del Te Deum 31 Diciembre 2016.
Mirando el pesebre nos encontramos con los rostros de José y María. Rostros jóvenes cargados de esperanzas e inquietudes, cargados de preguntas. Rostros jóvenes que miran hacia delante con la no fácil tarea de ayudar al Niño-Dios a crecer.
Hemos creado una cultura que, por un lado, idolatra la juventud queriéndola hacer eterna pero, paradójicamente, hemos condenando a nuestros jóvenes a no tener un espacio de real inserción, ya que lentamente les hemos ido marginando de la vida pública obligándolos a emigrar o a mendigar por empleos que no existen o no les permiten proyectarse en un mañana.
… Estamos invitados a no ser como el posadero de Belén que frente a la joven pareja decía: aquí no hay lugar.
No nos privemos de la fuerza de sus manos, de sus mentes, de su capacidad de profetizar. (cf. Jl 3, 1).
Otros mensajes:
Versión portuguesa:
http://www.taize.fr/pt_article21175.html;
Versión en francés:
http://www.taize.fr/fr_article21173.html: Entrada 1/1/17.
Juan Ignacio Echegaray