EN LA CASA QUE SE REZA, es el nombre que nuestros vecinos, los habitantes de Zolitude dan a nuestra Missio ad Gentes-Riga (Letonia). Si traducimos según la tradición paleocristiana: se llamaba así a la Iglesia, anteriormente a las parroquias o a las catedrales. Hoy, en la ocasión aparentemente banal de un encuentro fraterno de cumpleaños, veo que han coincidido la vox populi con el sensum fidei.
Según los Hechos de los Apóstoles y las Cartas de San Pablo -, la Domus Eclesiae o «Ecclesiolla» era el nombre dado a la pequeña iglesia «la iglesia de casa, o la iglesia en casa», porque los primitivos cristianos se reunían en pequeñas comunidades en las casas de los hermanos como hacemos en nuestra Missio ad Gentes, y en nuestras comunidades Neocatecumenales.
Cuando éstas alcanzan la madurez de la fé, el Espíritu Santo las constituye -con la sanción de la Jerarquía-, en comunidades eclesiales de VIDA, porque vivimos como la Sagrada Familia de Nazaret, para: celebrar la Eucaristia, o «partir el pan»; recibir las enseñanzas de los Apóstoles en Celebraciones domésticas de la Palabra en que leemos, a más de los escritos proféticos, la Torah, cantamos los Salmos, preclamamos los «Evangelios», y las Cartas de los Apóstoles, que deseamos ver cumplidos en nuestras vidas; y, finalmente, vivimos la comunión con alegría, es decir el ágape fraterno.
Juan Ignacio Echegaray