«El sufrimiento de reparación, aceptado libremente, es el que nos une más que otro al Señor.» (Édith Stein, La Expiación Mística).
«Sólo puede aspirar a la expiación quien tiene abiertos los ojos del espíritu al sentido sobrenatural de los acontecimientos del mundo, (…) en quienes habita el Espíritu de Cristo, que como miembros de la Cabeza encuentran en Él la vida, la fuerza, el sentido, y la dirección.» (Édith Stein, Amor por la Cruz).
Durante una Hora Santa, Dios se revela a Edit, en el misterio de la Cruz. Ella responde ofreciéndose como la Reina Ester para
*rendir cuenta de la situación de su pueblo ante el Rey: Cristo Resucitado en la Gloria del Padre. Es decir, para obtener la caída -no de Amán – sino la del Anticristo. (Hitler).
*participar así activamente del misterio de la Cruz.
*impetrar la gracia para Israel de aceptar su vocación de ser víctima expiatoria para ‘redimir’ al mundo.
Pío XII, con acentos dramáticos, hizo en tres ocasiones la Consagración del mundo, al Corazón Inmaculado de María (31 octubre/ 8 diciembre 1942/ 1944).
San Juan Pablo II, lo ha hecho repetidamente. El 24 de marzo del año 1984, después de comentar el pasaje del Evangelio Jn 17, 19: “Padre, yo por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.” (Jn 19, 17.19; Hch 9, 13+), dijo:
«Queremos unirnos a nuestro Redentor en esta Consagración por el mundo y por los hombres, la cual en su corazón divino tiene el poder de conseguir el perdón y de procurar la reparación.»
David, detuvo a la muerte con un sacrificio de expiación, y luego dió gracias a Dios con holocaustos y sacrificios de alabanza, ahí precisamente donde se levantaría el Templo según el modelo y la imagen de lo que se le mostró a Moisés en el Sinaí.
Si David vió y profetizó lleno del Espíritu Santo la resurrección de Cristo, cuando dijo “No permitirás que tu Siervo experimente la corrupción, me llenarás de gozo en tu presencia.” ¿No vió de lejos como Abraham, y profetizaba con el Espíritu del Mesías, la obra del Crucificado, como la Nueva, Única, Perfecta y Eterna Oblación? (Sal 16; Hch 2.13; Cfr 1 R 3, 15b).
“No tenemos más Rey que el César” (Jn 19, 15b. Cfr cita anterior sobre la realeza en 1 Sam.)
Es una vana ilusión, sacar a Cristo de la historia, no contar para nada con la Verdad. ¿Quién reina, Dios o los hombres? El Verbo, que se ha hecho carne. Dios y hombre verdadero.
“Decid a los gentiles: “¡El Señor es Rey!” (Sal 96, 10). El Señor Reina desde el madero, lee San Francisco de Asís. (Oficio propio, 3er salmo para las Vísperas del Tiempo Pascual y del TO.)
Cristo denunció que la complicidad, en la perversión del culto, era más concretamente una dependencia con el bussines: “mi Casa será llamada Casa de oración. ¡Pero vosotros estáis haciendo de ella una cueva de bandidos!” (Mt 21, 13).
En San Juan la escena tiene rasgos kerigmáticos, Jesús profetiza a los que le van a matar: “Destruid este santuario y en tres días lo levantaré…hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando fue levantado, pues, de entre los muertos… creyeron en las Escrituras y en las palabras que había dicho Jesús.” (Jn 2, 19-22).
Jesús nos pasa del Templo del que no quedará piedra sobre piedra, al Templo de su Cuerpo Resucitado, que es la Iglesia. Nueva Morada del Emmanuel, Dios con los hombres: la Iglesia, una, santa, católica y apostólica, en la que creo.
Si alguno guarda mi Palabra no gustará la muerte jamás. Si alguno me ama guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará vendremos a él, y haremos morada en él. (Jn 8, 51; 14, 23).
«Bajo la Cruz he comprendido el destino del pueblo de Dios que entonces (1933) empezaba a prepararse. Pensaba que él comprendería que se trataba de la Cruz de Cristo, que debía aceptarla en nombre de todos los otros pueblos. (…) hoy entiendo mejor estas cosas, lo que significa ser esposa del Señor bajo el signo de la Cruz. Pero no sería posible nunca entender eso porque es un misterio. (Ibid. Amor por la Cruz).
La Consagración de Edith Stein al Corazón de Jesús, coincide a pocos meses de distancia con la llamada “Solución Final”, que fue gestándose desde 1939 hasta alcanzar su paroxismo en las decisiones secretas del 20/1/1942, durante la Conferencia de Wannsee (Berlín).
Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo: El cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios sino que se despojó de sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de Cruz. Por eso Dios lo exaltó y le concedió el Nombre que está sobre todo Nombre. Para que al Nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es el Señor
para gloria de Dios Padre. (Flp 2,5-11).
Misericordiae vultus del Papa Francisco nos adentra en este diseño de Dios, abriendo en la Iglesia para el hombre contemporáneo las puertas del perdón. Bienaventurados los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. (Mt 5, 7).
El Jubileo extraordinario de la Misericordia, concluirá con la Consagración que hará el Papa Francisco del mundo a Cristo, en la Fiesta de Cristo Rey del Universo, el próximo 20 de noviembre de 2016.
MV, & 5.
“Cristo resucitó de entre los muertos cómo primicia de los que murieron…Por un hombre viene la resurrección de los muertos (…), todos revivirán en Cristo. (…) Luego, el fin, cuando entregará a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo principado, dominación y potestad. Porque Él debe reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la Muerte”. (1 Cor 15, 19-27).
“¡Alzad los dinteles, levantaos, puertas eternas, debe entrar el Rey de la Gloria! ¿Quién es el Rey de la Gloria? Elohim Šabaot Él es el Rey de la Gloria.” (Sal 24, 9-10.)
Esta participación, vivida conscientemente por Edit hasta las últimas consecuencias en el martirio, ha sido una injusta sentencia dictada por un poder arbitrario, el de aquel que tenía el poder sobre la muerte (Cfr. Hb 2, 14). El demonio es “asesino desde el principio” (Jn 8, 14b), “A partir de ahora, el Hijo del hombre estará sentado a la derecha del Poder de Dios.“ (Lc 22, 69; Hch 10, 38).
Y si el mundo entero yace en poder del Maligno (1 Jn 5, 19), mayor es el poder de Dios, “para que les abras los ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios. Y para que reciban el perdón de los pecados, y una parte en la herencia entre los santificados, mediante la fe en Él.” (Hch 26, 18).
Cristo ha sido constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su Resurrección de entre los muertos. (Cfr. Rom 1, 4).
La Palabra de la Cruz gloriosa, es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree. (Cfr. Rom 1, 16; 15, 17-21; 2 Cor 4, 7. 6,7).
A partir de Kierkegaard, se introduce en la filosofía moderna el concepto y la realidad de la “muerte óntica”, como muerte del ser: que el hombre se separe del Ser – que es el Único Dios – eso es su muerte.
La maternidad de la Iglesia es un trascenderse evangelizando, esto es más fuerte que la muerte, porque evangelizar es como resucitar a los muertos.
Creced y multiplicaos: Id y anunciad el Evangelio la Buena Noticia de la Vida, más fuerte que la muerte: ¡la Resurrección!
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, hasta que vuelvas. ¡Ven Señor Jesús!
La colaboración entre judaísmo y cristianismo para la defensa de la vida, y para la “redención del mundo”, Tikkun ha olam, – Letaken olam bemaljut Shadai (Aleinu): «Perfeccionar/Reparar el mundo bajo la soberanía de Dios». -, es un propósito que aparece repetidamente en la reciente Déclaration Rabbinique Orthodoxe sur le Christianisme.
“Me ha sido dado todo poder, en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizandolas en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 18-20).
Juan Ignacio Echegaray.