El tesoro del pirata
por Jerónimo Barrio Gordilo
«NO ALLEGUÉIS TESOROS
EN LA TIERRA, DONDE LA
POLILLA Y EL ORÍN LOS
CORROEN Y DONDE LOS
LADRONES HORADAN Y
ROBAN. ATESORAD
TESOROS EN EL CIELO,
DONDE NI LA POLILLA NI
EL ORÍN LOS CORROEN Y
DONDE LOS LADRONES
NO HORADAN NI
ROBAN. DONDE ESTÁ TU
TESORO ALLÍ ESTARÁ TU
CORAZÓN»
¿Dónde está tu tesoro?¿Qué es en esta vida lo que más vale para ti, es decir,
tu tesoro? ¿Por qué asunto te entregarías en cuerpo y alma, como hacían
los piratas a la búsqueda de su soñado tesoro escondido?
Todo hombre tiene su tesoro, aquello por lo que entrega su vida. El corazón,
es decir, las emociones, el deseo, la voluntad, siguen los pasos de ese tesoro.
Donde está tu tesoro allí está tu corazón. Si lo que más te importa, lo pierdes,
las emociones negativas, es decir, la tristeza, se apodera de ti y te sientes
desgraciado. Si consigues mantener tu tesoro, se llena de alegría tu vida,
las emociones positivas todo lo invaden.
Para el hombre que vive en lo material, el tesoro de su vida, lo que tiene valor
y por lo tanto merece su empeño cotidiano, es el dinero, la belleza física,
el poder, la posición social, el placer, la estética de cuanto le rodea, la moda,
los caprichos, la comida rica, el sexo, el golf, un coche bonito, etc, etc. Todo
eso, o parte de eso, es el tesoro. Cuando lo tiene, se alegra y cuando lo pierde
se pone triste y se angustia. El problema es que esta alegría es momentánea
y superficial y no sacia. Y esa tristeza, que no encuentra curación, se hace
cada vez más profunda.
Para el hombre del espíritu, la virtud, la limpieza de conciencia, la concordia
en la familia, la felicidad de los que le rodean, la educación de sus hijos, la
salvación de su alma y la de todos los que encuentra a su paso son su tesoro.
Si lo tiene, es feliz, si llevado por su debilidad lo abandona, nada puede
consolarlo (¿a dónde iré Señor? sólo tú tienes palabras de Vida Eterna). Pero
sabe que la fuente de su alegría es inagotable, siempre puede volver a ella
y no se termina.