El Sínodo sobre la familia entra en su recta final. Ya han acabado su trabajo los llamados «círculos menores», en los que los padres sinodales y los expertos se dividen en diez grupos idiomáticos para estudiar los distintos asuntos que luego conformarán el documento final de esta asamblea dedicada a la familia. Hoy los «círculos menores» presentarán las conclusiones de la revisión de la «Relatio post disceptationem», el resumen de lo tratado durante la primera semana del Sínodo y que tanta polémica ha generado entre los propios cardenales.
El cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona y moderador de uno de los dos «círculos menores» de lengua española, hizo una descripción del ambiente de trabajo de la asamblea que no concuerda con el supuesto enfrentamiento entre sectores con opiniones diversas de los que hablan algunos. Aseguró que en su grupo todos los puntos se aprobaron por unanimidad. «Hay un clima de comunión y fraternidad», señaló, destacando que los problemas de la familia afectan a todos los continentes debido a la globalización.
Respecto a los supuestos errores en la forma en la que la «relatio» reflejó el debate de la primera semana, Martínez Sistach apuntó que era un documento «desequilibrado», centrado más en «las familias en dificultad» que en la gente que aspira a alcanzar la plenitud del sacramento del matrimonio «para ser feliz toda la vida». Por ello pidió que el documento final del Sínodo «dedique más espacio a ello». Al hablar de los divorciados vueltos a casar, el arzobispo de Barcelona contó que en su grupo se habían tratado los mecanismos para lograr que resulten gratuitos los procesos de nulidad matrimonial. «Ya hay mecanismos en este sentido, lo que hace falta es que se sepan». Sobre cuál debe ser la posición frente a los homosexuales, aseguró que su «conducta», como también ocurre con la de las personas heterosexuales, «requiere una visión desde la moral cristiana y otras morales».
Los problemassde la familia, por la crisis de fe
Para el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, los problemas de la «crisis familiar» tienen un mismo origen, «la crisis de la fe». Donde «la fe es fuerte la familia no sucumbe a las propuestas atrayentes pero efímeras» que hace la sociedad contemporánea. Muestra de esa fortaleza es para él la apuesta por los anticonceptivos naturales, que defendió.
2 comentarios
Me permitirán otro comentario importante: el proceso de la declaración de nulidad matrimonial cuando los solicitantes (él o ella) creen tener motivos supuestamente contundentes, resulta muy costoso. Parece que se aboga por la gratuidad. Pero no parece que sea ésa la opinión de abogados, procuradores… que llevan el proceso de nulidad. Todavía hoy el tribunal eclesiástico tampoco es gratuito. Sumados todos lo gastos, hay quien no puede afrontarlos y se dan casos angustiosos. ¿Dónde y cuándo se informará de la gratuidad? Y ¿cómo será así en los profesionales civiles que lo tramitan?
Creo suponer, tengo que suponer, que los anticonceptivos «naturales» que defiende el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, se refieren a los períodos que por la naturaleza de la mujer, son infecundos. Y porque lo creo así, estimo que la expresión anticonceptivos naturales, no es la más adecuada. No son anticonceptivos «hechos con hierbas, medicamentos, productos elaborados…, sino lo dicho:períodos de infecundidad natural.