Dará prioridad al líder de los ortodoxos en su visita a Jordania, Palestina e Israel del 24 al 26 de mayo
El primer viaje del Papa Francisco a Tierra Santa será «breve e intenso» pues no sigue las huellas de sus dos predecesores –quienes le dedicaron una semana- sino las de Pablo VI, que lo hizo en tres días. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, explicó ayer que se centrará en los cuatro encuentros con Bartolomé I, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla.
Esta «visita relámpago» a Jordania, Palestina e Israel del 24 al 26 de mayo, tiene como objetivo principal conmemorar el 50 aniversario del histórico abrazo entre Pablo VI y el Patriarca Atenágorasque puso fin en 1964 a nueve siglos de hostilidad entre ortodoxos y católicos desde el cisma del 1054.
A un ritmo fulgurante, el Papa pronunciará 14 discursos y mantendrá 20 encuentros en los tres países. Celebrará misa para los fieles tan sólo en el estadio de Amman, el sábado, y en la plaza de la Basílica de la Natividad en Belén, el domingo.
En Jerusalén no habrá ni misa al aire libre ni recorridos en «Jeep» descubierto. Según su portavoz, el Papa utilizará «un automóvil cubierto pero no blindado». Para los cristianos de Jerusalén resultará difícil verle.
Unión de los cristianos
En Oriente Medio todo es complicado, y el Papa Francisco tuvo que resignarse ayer a suspender su visita del próximo domingo al santuario romano del Divino Amore. Necesita ese tiempo para ultimar los preparativos de un viaje que puede marcar, en Jerusalén, una piedra miliar en el camino hacia la unión de los cristianos.
El Santo Padre llegará a primera hora de la tarde del sábado a Ammán, donde será recibido por los Reyes de Jordania, Abdalah II y Rania. El acto principal será la misa en el estadio internacional de Ammán, pero el más emotivo tendrá lugar al atardecer en Betania, «al otro lado del Jordán, donde Juan Bautizaba». El rey le acompañará al lugar del bautismo de Jesús, donde el Papa se reunirá con refugiados de Siria y jóvenes discapacitados.
A primera hora del domingo, Francisco se trasladará en helicóptero a Belén, donde será recibido por el presidente del Estado de Palestina, y donde celebrará misa en la plaza de la Basílica de la Natividad.
Después de un almuerzo con familias palestinas, el Santo Padre irá al campo de refugiados de Deheisheh para reunirse con los niños del campo, cerca del altísimo muro levantado por Israel.
Patriarca de Constantinopla
En Belén el Papa tendrá el primero de sus cuatro encuentros con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, que forman el eje de su programa. El segundo será tan sólo unas horas más tarde en la Delegación Apostólica de Jerusalén para conmemorar –en el mismo lugar- el 50 aniversario del abrazo de Pablo VI y el patriarca Atenágoras.
Después de firmar una declaración conjunta, irán por separado a la Basílica del Santo Sepulcro para una ceremonia sin precedentes, puesrezarán juntas las tres comunidades –ortodoxa, armenia y católica- que hasta ahora lo han hecho sólo por turnos rigurosos.
El Papa y el Patriarca Ecuménico –que es el «primum inter pares» de las Iglesias ortodoxas- se trasladarán después en el mismo automóvil al centro «Notre Dame of Jerusalem Center», donde se aloja el Santo Padre, para una cena fraternal con los patriarcas y obispos.
Gran Muftí de Jerusalén
El programa del lunes incluye visitas del Papa al Gran Muftí de Jerusalén en la Explanada de las Mezquitas, al Muro Occidental, donde depositará una plegaria escrita, y a los dos rabinos jefes en la Gran Sinagoga de Jerusalén.
Aparte de encuentros con el presidente de Israel y el primer ministro, el Papa volverá a visitar al Patriarca Bartolomé I. Después se reunirá con sacerdotes y religiosos en Getsemaní, y celebrará misa en el Cenáculo antes de emprender el vuelo de regreso a Roma.