«La primera necesidad es precisamente ésta: que el padre esté presente en la familia, cerca de la esposa, cerca de los hijos», ha afirmado el Papa Francisco en la Audiencia general de hoy miércoles. Después de hablar, la semana pasada, del peligro de los padres «ausentes», el Papa ha profundizado en los aspectos positivos de la figura paterna.
Para el Papa, un buen padre está «cerca de la esposa, para compartir todo, alegrías y dolores, fatigas y esperanzas»; y también está «cerca de los hijos, cuando juegan y cuando trabajan», y también «cuando dan un paso equivocado». Ha pedido que «el padre esté presente, siempre», lo que no quiere decir que sea «un controlador, porque los padres demasiados controladores anulan a los hijos y no los dejan crecer».
Un buen padre también «sabe corregir con firmeza: no es un padre débil, complaciente, sentimental»; y también «ha de ser paciente, porque muchas veces no queda más que esperar, rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad, misericordia», porque «los hijos tienen necesidad de encontrar un padre que los espera cuando vuelven de sus fracasos».
¿Cómo se hace un padre así? El mismo Papa Francisco lo explica: «Sin la gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden coraje y abandonan el campo». De este modo, «cuando los hijos rinden honores a esta herencia, es una alegría que rescata toda fatiga»; y un padre podrá decir a su hijo algún día: «Soy feliz de ser tu padre».