Francisco agradece a los trabajadores sanitarios su «valiosísimo trabajo»
En vísperas de la Jornada Mundial del Enfermo, el Papa Francisco pidió “ponerlos en el centro de la comunidad, rezar por ellos y acompañarles”. Propuso incluso algo más: “imitar la actitud de Jesús respecto a los enfermos de todo tipo”.
El martes 11 de febrero es la fiesta de la Virgen de Lourdes, protectora de los enfermos, y el Papa se refirió también a las personas que los cuidan: “Pienso también en los trabajadores sanitarios. ¡Que valiosísimo trabajo!”.
El Papa invitó a las treinta mil personas que le acompañaban en el Ángelus a cuidar muy bien a los enfermos en el hogar, sobre todo “cuando las situaciones se vuelven pesadas… Me escriben muchas familias…Hoy querría asegurarles mi oración y decirles: ¡no tengáis miedo de la fragilidad! Ayudaos los unos a los otros con amor, y sentiréis la presencia consoladora de Dios”.
«¿Vosotros sois lámparas encendidas o apagadas?»
El Santo Padre se acordó también de “todos los que están sufriendo daños e incomodidades a causa de las calamidades naturales en varios países. La naturaleza nos desafía a ser solidarios y atentos a la custodia de la Creación, también para prevenir las consecuencias más graves”.
En una línea más festiva envió un saludo a “los organizadores y los atletas de los Juegos Olímpicos de Invierno”, otro “al grupo de teólogas cristianas de varios países europeos reunidas para un congreso en Roma”, y terminó, como casi siempre, desafiando a los fieles.
“Un cristiano”, les dijo, “tiene que ser sal y luz. Si no da luz, es sólo cristiano de nombre… Tiene que ser como una lámpara encendida. ¿Vosotros sois lámparas encendidas o apagadas?”.
La respuesta fue un vigoroso “¡Encendidas!”, pero el Papa fingió que “no oigo… ¿Qué habéis dicho?”. Hubo otro “¡Encendidas!” todavía más atronador, y ya se dio por satisfecho: “Ah, ¡muy bien! Dios nos da esta luz, y nosotros tenemos que darla a los demás”.