Enric Vives es la opción nacionalista del catolicismo catalán
En plena cuenta atrás para que se despejen definitivamente las incógnitas sobre quién sucederá al cardenal Lluís Martínez Sistach al frente del arzobispado de Barcelona, aumentan los rumores que apuntan al obispo de Urgell y copríncipe de Andorrra, Joan Enric Vives, como el relevo más probable.
Fuentes eclesiásticas próximas al entorno de Vives consultadas por este diario, mantienen que la designación del obispo de Urgell como nuevo arzobispo barcelonés ya está prácticamente decidida pero no se oficializará hasta dentro de unos días. De confirmarse la noticia, triunfaría la opción nacionalista del catolicismo catalán, ya que Vives, que conlleva desde hace años otro título honorífico, el de copríncipe de Andorra, se ha postulado durante todo el proceso como lagran esperanza de los separatistas para mantener el control de una sede cardenalicia básica.
El obispo de Urgell ha potenciado esta imagen con declaraciones de gran calado político en medios nacionalistas en los que se haposicionado abiertamente a favor de la independencia de Cataluña y del uso del catalán. El cardenal Sistach ha arropado desde un principio la candidatura del copríncipe de Andorra. No en vano, en una reciente entrevista televisiva expresó sin tapujos su deseo de que el nuevo arzobispo de Barcelona conociera la realidad del país, así como sus problemas de presente y futuro, y conociera la lengua autonómica. «El pastor debe conocer la lengua de las ovejas. Si un pastor no se comunica con sus fieles no es pastor», dijo en declaraciones a TV3. Palabras que los sectores eclesiásticos más catalanistas interpretan como «el espaladarazo definitivo a Vives».
Arropada por la Generalitat
La candidatura Vives ha sido también avivada desde la sombra por algunos partidos políticos y la propia Generalitat, que, ante los temores de que el Vaticano mueva ficha finalmente y sitúe al frente del arzobispado capital de Cataluña un candidato no afín a la causa soberanista -durante un tiempo se rumoreó que el cardenal Antonio Cañizares era el hombre marcado por la Santa Sede como sustituto de Sistach y últimamente sonaba con fuerza el nombre de Juan José Omella, obispo de Calahorra-, han aumentado sus presiones a Roma.
Fuentes consultadas por este diario apuntan incluso que el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, quiso mediar por la candidatura del copríncipe de Andorra y se desplazó a la capital italiana para defenderla ante el Papa Francisco. Fuentes de Unió desmienten tal versión. Confirman el viaje de su líder al Vaticano, aunque niegan que entre los temas que éste abordó con el Pontífice se encontrara la sucesión del cardenal arzobispo de Barcelona.
Con anterioridad, en 2013, la Generalitat movió también hilos para lograr que el sustituto de Sistach responda a un perfil catalanistaque no se sienta incómodo con el proceso soberanista. Con este propósito, Artur Mas encargó a su vicepresidenta, la democristiana Joan Ortega (UDC), establecer contactos con responsables de órdenes religiosas en Roma para tratar de influir en la Santa Sede cuando llegue el momento de buscar un relevo a Sistach.
Según reconocieron fuentes del Gobierno catalán, la vicepresidenta Ortega viajó a Roma a principios de abril de 2013 para entrevistarse conreligiosos catalanes con peso en el Vaticano. Según las citadas fuentes, Ortega, que entre otras competencias se encarga de los asuntos religiosos del Govern, se entrevistó con catalanes bien posicionadosde órdenes religiosas como la de los jesuitas, a la que pertenece el nuevoPapa Francisco, con objeto de influir y sugerir nombres.
Al margen de Vives, el nombre que ha sonado con más fuerza en los últimos meses como posible sustituto de Sistach es el del obispo de Calahorra, Juan José Omella, al que, según parece, el Papa ha buscado otro destino: dirigir el nuevo ministero de asuntos sociales de la nueva curia. Omella, que ya conocía el catalán porque lo había estudiado, no era una buena opción para los sectores católicos más nacionalistas. Su llegada no sería bien recibida por los defensores de la causa soberanista, que le consideran el impulsor del conflicto del arte sacro. Como obispo de Barbastro-Monzón, entre los años 1999 y 2004, Omella reclamó las obras de arte sacro de La Franja que pertenecían a la diócesis de Lérida.
Varios aspirantes
Desde que en abril de 2012 el cardenal Lluís Martínez Sistach presentara su renuncia ante Roma, han sido muchos los nombres que han sonado como sus posibles sucesores. Aunque en los últimos meses las candidaturas de Cañizares (como opción de la Santa Sede) y Vives (como apuesta de Cataluña avalada por el propio cardenal de Barcelona) han sido las que han tomado más cuerpo, también han aparecido en las quinielas los nombres del obispo de Terrassa, monseñor José Ángel Saiz Meneses, el candidato más temido por el sector nacionalista por su falta de sensibilidad hacia el proceso soberanista; el obispo auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull,conocedor de la Diócesis y un mal menor para los catalanistas, y el delarzobispo metropolitano de Tarragona, Jaume Pujol, cercano al Opus Dei y una de las opciones peor vistas por los sectores más progresistas.
En las quinielas de sustitutos que se han abierto también ha aparecido el nombre del abad de Montserrat, el benedictino Josep Maria Soler, uno de los mejor considerados por el sector más nacionalista; el jesuita mallorquín Luis Francisco Ladaria (Manacor, 1944), actual secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, y el de Josep Maria Turull, actual director del Seminario Diocesano de Barcelona.
Sectores eclesiásticos han destacado, asimismo, la capacidad intelectual y de trabajo demostrada por otros religiosos que podrían sustituir al cardenal Sistach, como el actual decano de la Facultad de Teología de Cataluña y reconocido biblista, Armand Puig, aunque en su contra juega que no es obispo sino presbítero.