Ha llegado a mis manos una entrevista que se le hizo al actual Papa Francisco cuando, aún siendo Cardenal de Buenos Aires, por parte de un periodista, de corte netamente socialista, llamado Chris Methews. Todo iba en torno a los “países fracasados” como modelo de bienestar para el ciudadano de a pié. Todo trascurría con normalidad cuando al Cardenal Bergoglio no se le ocurre otra “osadía” que mencionar como claros exponentes de ejemplos de países fracasados a Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y… la propia Argentina.
Es curioso que cuando el “populismo” de tantos y tantos “seudo-progres” tratan de colocar al actual Papa como “uno de sus afiliados”, de seguro que se “escandalizarán” con esta entrevista que, finalmente y como no podía ser de otra manera, el Canal “progresista” por cable de los Estados Unidos, MSNBC, nunca la pasó al aire…
El Cardenal Bergoglio termina acribillando al periodista Mathews de tal forma que MSNBC, que como digo lo había encargado, archivó el video, pero un estudiante que trabajaba de becario en el canal, hizo una copia y se la entregó a su profesor en la universidad. Del intercambio entre el Cardenal, hoy Papa Francisco, y el periodista se extrae esta discusión sobre la pobreza:
“Culpo a los políticos que buscan sus propios intereses. Los socialistas creen en la redistribución que es una de las razones de la pobreza. Ustedes quieren nacionalizar el universo para controlar todas las actividades humanas. Ustedes destruyen el incentivo del hombre para, inclusive, hacerse cargo de su familia, un crimen contra la naturaleza y contra Dios. Estas ideologías crean más pobres que todas las corporaciones que ustedes etiquetan como diabólicas”.
Pero aún está por llegar lo mejor, como cuando replica el periodista Mathews:
“Nunca había escuchado algo así de un cardenal”, a lo cual el hoy Papa le responde con esta contundencia: “La gente dominada por socialistas necesita saber que no tenemos que ser pobres. El imperio de la dependencia creado por Hugo Chávez, con falsas promesas, mintiendo para que lleguen a arrodillarse ante el gobierno y ante él. Dándoles peces pero sin permitirles pescar. Si en América Latina alguien aprende a pescar, es castigado y sus peces confiscados por los socialistas. La libertad es castigada. Tú hablas de progreso y yo de pobreza. Temo por América Latina. Toda la región está controlada por un bloque de regímenes socialistas como Cuba, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua. ¿Quién los salvará de esa tiranía?”.
El periodista, lógico…, acusa entonces al Cardenal de capitalista, a lo cual el purpurado responde:
“Si pensar que el capital es necesario para construir fabricas, escuelas, hospitales, iglesias, tal vez sí lo sea. ¿Tú te opones a este proceso?”.
El periodista dice que no, pero pregunta si no piensa que el capital es arrebatado de la gente por corporaciones abusivas, a lo cual Bergoglio lanza está más que revolucionaria respuesta:
“No. Yo pienso que la gente, a través de sus opciones económicas, decide que parte de su capital irá para esos proyectos. La utilización del capital debe ser voluntaria. Solo cuando los políticos confiscan ese capital para construir obras del gobierno, alimentar la burocracia, surge un grave problema. El capital invertido de forma voluntaria es legitimo, pero el que se invierte a base de coerción, es ilegitimo”.
Mathews tilda entonces de radical al Cardenal, quien tranquilamente le dice:
“Te ves muy enojado pero la verdad puede ser dolorosa. Ustedes han creado el estado de bienestar y ha sido solo respuesta a las necesidades de los pobres creados por la política. El estado interventor absuelve a la sociedad de su responsabilidad. Las familias escapan de su responsabilidad con el falso estado de bienestar e inclusive, las iglesias.
La gente ya no practica la caridad pues ve a los pobres como problema del gobierno. Para la iglesia ya no hay pobres que ayudar, los han empobrecido permanentemente y son ahora propiedad de los políticos.
Y algo que me irrita profundamente, es la inhabilidad de los medios para observar el problema sin analizar cuál es la causa.
A la gente la empobrecen para que luego vote por quienes los hundieron en la pobreza”.
Este es nuestro Papa Francisco… El actual Vicario de Cristo que, con gran sorpresa de muchísimos seguidores del laicismo beligerante, resulta que es, ¡oh sorpresa!, un Papa Católico, Apostólico, (Romano, por supuesto), enamorado de la Virgen, gran defensor de la Vida y, cómo no, de la Verdad. Con la tranquilidad que da el sentir en carne propia y en lo más profundo de su alma que “la Verdad nos hará libres. Tan sencillo como que sólo Dios es la Verdad”