El aborto es la peor violencia contra la mujer pues la deja devastada; necesita ayuda psicológica y espiritual para reponerse de ese trauma. México ha cometido una gran atrocidad al permitir el asesinato de los seres más indefensos: los bebés no nacidos. El aborto se utiliza para disminuir el número de personas en las generaciones futuras, muchos de los cuales habrían de ser líderes valiosos que habrían hecho mucho bien. El aborto está cambiando el rostro de México, y su futuro.
En cierta ocasión un muchacho le preguntó a Madre Teresa de Calcuta:
─ Madre ¿por qué Dios no manda a una persona que descubra la curación del sida?
Madre Teresa contestó:
─ Ya la mandó, pero no la dejaron nacer.
El mal engendra mal. El aborto es un enemigo de la seguridad mundial y de a mujer, pues la deja devastada.
No tendremos paz en México hasta que el aborto sea penalizado. Eso no quiere decir que se meta en la cárcel a las mujeres, sino que no sea permitido legalmente, porque es como dar pena de muerte a un ser humano, sin previo juicio.
La ONU y sus agencias tratan, desde hace más de veinte años, de enmascarar el aborto como un “derecho humano”. El Pacto de San José dice: “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente”. Hay que insistir en esta última idea. México y otras naciones tienen que estar vigilantes e insistir en que el lenguaje negociado no sea malinterpretado.
Cuando se hizo ese Pacto (1969) no se distinguía entre fecundación y concepción, ahora sí se insiste en esa diferencia, entre otras cosas, por la “pastilla del día siguiente” o la anticoncepción de emergencia (funesta). Eso hace ver que muchos legisladores son positivistas (se atienen a la ley sin discernir) y olvidan que la ley positiva se legitima por su armonía con la ley natural. Si una ley permite hacer daño al óvulo fecundado, va contra la ley natural. Además, los tratados internacionales no están por encima de la ley nacional ni se la soberanía de las naciones.
¿Qué es lo que tienen en mente los que elaboraron las estrategias? Esperan burlar las leyes nacionales y las tradiciones de los diversos países.
Desde que se produce la fecundación mediante la unión del espermatozoide con el óvulo, surge un nuevo ser humano distinto de todos los que han existido, existen y existirán. En ese momento se inicia un proceso vital esencialmente nuevo y diferente a los del espermatozoide y del óvulo (que viven unas cuantas horas desunidos), que tiene ya esperanza de vida ¡contada en años!
A partir de la fecundación se produce un desarrollo continuo en el nuevo individuo de la especie humana, pero en este desarrollo nunca se da un cambio cualitativo que permita afirmar que primero no existía un ser humano y después, sí. Este cambio cualitativo únicamente ocurre en la fecundación, y a partir de entonces el nuevo ser, en interacción con la madre, sólo precisa de factores externos para llegar a adulto: oxígeno, alimentación y paso del tiempo. El resto está ya en él desde el principio.
Con los actuales conocimientos genéticos, es indudable que cada ser es lo que es desde el momento de la fecundación. De la unión de gametos vegetales sólo sale un vegetal, y de la unión de gametos humanos se crea un nuevo ser de la especie humana, pues así lo determina su patrimonio genético humano.
¿Y quién es ese Comité de Monitoreo o grupo de especialistas que asesora a los legisladores en muchos países? son agentes de grupos abortistas, gente pagada por los organismos internacionales para que “asesoren” a los que elaboran las leyes abortistas. Duele es que nuestros diputados no se preparen con fundamentos jurídicos, científicos y filosóficos, que no estudien a fondo las cuestiones de vida o muerte.
Los legisladores podrían contribuir como políticos a que las leyes ayuden a las personas a tomar las mejores decisiones. Hay tasas más altas de abuso de drogas, depresión grave y casos de suicidio después de pasar por la experiencia del aborto.
Nadie puede con justicia mirar al otro como un estorbo. Los niños y las niñas son la alegría de civilización. Políticamente, los que quieren el aborto en los primeros meses, no tienen ningún interés en proteger al niño en ningún momento de su gestación.
Una política de aborto a petición no crea una sociedad compasiva ni soluciona los problemas de pobreza, de negligencia o de faltas de oportunidad para la mujer. En lugar de crear un clima que favorezca a la mujer que ha de enfrentar un embarazo no planeado, el aborto es la puerta falsa que a la larga crea más problemas personales y sociales. Se habla de violencia contra la mujer. El aborto es una violencia intrauterina, y de allí sale afectada la familia entera.
Martha Licona y Marta Morales
Mujeres por la Salud y el Desarrollo, A.C. Aguascalientes