El conflicto entre israelíes y palestinos ha vacíado de cristianos Tierra Santa
La visita del Papa Francisco llega en un momento en el que los cristianos de Tierra Santa son una comunidad casi al borde de la extinción. Han pasado de ser el 10 por ciento de la población en la zona antes de la creación del estado de Israel, a ser poco más del 2 por ciento según estadísticas de población de Israel y la Autoridad Nacional Palestina.
La razón de esta sangría de cristianos está en parte en el largo conflicto entre israelíes y palestinos y la crisis económica, prácticamente endémica, en Cisjordania. En Belén y en casi toda Cisjordania, apenas hay una familia en la que alguno de sus miembros no haya emigrado a pastos más verdes.
«Mis dos hijos están en California», comentó a ABC Ellen Ghassis, directora de una casa de acogida para ancianos cristianos en Belén. «Se fueron en cuanto acabaron la carrera y toda mi familia, incluidos mis hermanos, emigraron a Estados Unidos hace décadas. Me he quedado completamente sola, igual que muchos ancianos a los que cuidamos aquí», aseguró Ghassis, de 64 años.
«Francisco no debe olvidarse de nosotros»
Ghassis le pide al Papa que haga hincapié en este éxodo masivo para que la Tierra Santa no se quede vacía de cristianos. «No puede ser que en Belén, Jerusalén y otras ciudades bíblicas, no haya cristianos, es incongruente. Francisco tiene que presionar, es el jefe de Estado del Vaticano, no debe olvidarse de nosotros, pide ante la inminente llegada de Su Santidad a Belén.
El Papa ha asegurado que no va a permitir que la Tierra Santa se quede huérfana de cristianos, pero su mensaje de esperanza posiblemente choque contra el grueso muro de la realidad política en la zona. Si bien los cristianos de Cisjordania aseguran en general no sentirse marginados frente a sus vecinos musulmanes, el empuje del islamismo de tendencia más radical y el hecho de que la población cristiana en la zona sea casi anecdótica, la tentación de emigrar a países donde su religión tiene mayor presencia es grande.
«Yo no diría que ese es el factor principal, porque los cristianos de Cisjordania, sobre todo de Belén, se sienten muy orgullosos de serlo», aseveró Munir, un comerciante cristiano de Belén con un español impecable tras pasar varias décadas en América Latina. «Pero claro, no es lo mismo ser cristiano en un país donde tu religión es mayoría, que en un sitio donde es minoría…».
Permisos para rezar
Otro factor, quizá el más influyente, es la falta de perspectivas laborales en la zona, con más de un 20 por ciento de desempleo. Además a esto hay que añadirle las duras restricciones que Israel impone en Cisjordania, con acceso limitado a ciertas zonas y asentamientos judíos que surgen como champiñones, a veces casi de un día para otro.
«La cosa ya estaba mal antes de que Israel levantara el muro sobre el 2005, pero es que ahora no podemos ni siquiera ir a rezar a Jerusalén, tenemos que pedir permisos especiales», dijo Munir.