En esta ocasión, además de detallar los datos de actividad llevada a cabo en toda la Confederación Cáritas por los Servicios de Apoyo al Empleo y la Formación, la Memoria aporta, como novedad más destacada, los testimonios de las propias personas acompañadas, quienes, junto con sus testimonios personales, formulan una serie de demandas a las Administraciones y poderes públicos, a las empresas, a los trabajadores en activo, y a la sociedad.
Félix Miguel Sánchez, coordinador del Equipo de Promoción de Derechos y Economía Solidaria de Cáritas Española, explicó en la presentación del informe que «las personas desempleadas a las que acompañamos nos transmiten varias demandas para las Administraciones y los poderes públicos: un papel realmente activo en la búsqueda y creación de empleo, así como honradez y transparencia en la gestión pública, de tal modo que dicha gestión vaya orientada al bien común, y que el control del gasto público no deteriore los derechos fundamentales para que, a la hora de recortar, no empiecen por los servicios básicos de los ciudadanos».
Los usuarios de los Programas de Empleo de Cáritas extienden sus peticiones a las empresas, a las que piden que «la crisis no sea un excusa para el retroceso en derechos laborales, al tiempo que recuerdan la función social de la empresa y la importancia de otras formas de emprender fundamentada en la colaboración».
Entre sus demandas incluyen también a los trabajadores en activo para que, como señaló el coordinador de Promoción de Derechos de Cáritas, «se comprometan con los desempleados en las búsqueda de empleo, ayudando a buscar empleo a los que no tienen, y se impliquen en la redistribución de un bien escaso, con peticiones expresas como que aquellos que tengan dos puestos de trabajo dejen uno para que un desempleado pueda ocuparlo».
Sus apelaciones se dirigen, por último, a toda la sociedad para «que en la salida de la crisis no se olviden las personas más desfavorecidas, que asuma una conciencia crítica que se compromete y se moviliza para poner en primer lugar la dignidad de la persona y sus derechos».