Asistimos actualmente a la inminente caída del Chavismo, que se desploma sin remedio hacia el abismo del caos sin sentido. El apoyo popular hacia el régimen de Nicolás Maduro es cada vez menor, se dan cifras actuales del 26%, pero el dictador se aferra al poder con uñas y dientes. Ya no hay abastecimiento en Venezuela ni de las cosas más indispensables y primarias, cosas que causarían estupefacción en cualquier democracia actual. Pero lo más triste en medio de este caos es que Maduro, siguiendo su forma de actuar de tirar la piedra y esconder la mano, ha decidido una campaña difamatoria contra la Iglesia, más concretamente contra los sacerdotes y religiosas que están ayudando incondicionalmente en los barrios marginales, de pedofilia.
Según un columnista de el diario El Universal uno de los más seguidos por los venezolanos, hay un sector del régimen actual que quiere acabar con la presencia de los sacerdotes católicos en los barrios de algunas ciudades como Tachira, Trujillo, Mérida o Caracas montando una campaña de pedofilia; incluso se habla de que Oficiales del Gobierno han ofrecido dinero a familias muy deprimidas a cambio de acusar a los sacerdotes de abusos sexuales. Por suerte la Iglesia venezolana cuenta con vídeos que documentan debidamente esta guerra sucia, esta indigna campaña difamatoria del régimen de Nicolás Maduro contra la Iglesia.
No se puede caer más bajo. Ensañarse con los que no se defienden para difamarlos, es algo sucio y mezquino. La sed de poder, uno de los principales ídolos al que rinde pleitesía el dictador, lo está llevando a la caída libre. Es justo, por tanto, que en esta como en tantas ocasiones en que es vituperada la Iglesia, rompamos una lanza en su favor, sobre todo los que por el bautismo hemos nacido en ella.
Estoy segura de que ninguna artimaña ha de valerle al régimen de Nicolás Maduro para socavar la roca firme en la que estamos edificados los cristianos, y que nuestro buen Dios hará justicia en su momento colocando a cada cual en el lugar que le corresponde.
Isabel Rodríguez De Vera