-La familia es el núcleo de solidaridad humana que se origina en el compromiso vital entre hombre y mujer, abierto a la vida por la complementariedad de los sexos propia de la especie humana. Lo que convierte a una pareja en familia son los hijos o, al menos,
la apertura estructural a la vida propia del matrimonio.
-¿Desde cuándo existe este modo de agruparse las personas?
-La familia existe desde Adán y Eva. En caso contrario, la humanidad se habría acabado en la primera generación de humanos. El matrimonio y la familia forman parte de la estructura vital de la humanidad; son tan antiguos como ella y durarán tanto como dure la humanidad.
-¿Por qué es importante la familia?
-Porque sin ella no habría futuro para la humanidad al faltar el ambiente ecológicamente idóneo para las nuevas vidas. Sin la familia, la sociedad perdería solidaridad y calidad de vida, las relaciones humanas se degradarían, pues les faltaría ese núcleo esencial de atención, cuidado y cariño que espontáneamente genera la familia. No es concebible la sociedad sin la dosis de humanidad que aporta la familia.
-¿Qué opina de la frase de Aristóteles: el hombre es un ser conyugal antes que civil?
-El hombre es civil —político, diría Aristóteles— porque es familiar. La sociedad surge de la familia. El lazo primario que une a las personas es la relación de consaguinidad que deriva del parentesco originado en la familia; la unión de las familias origina el clan, la tribu, la ciudad, la nación…
-Pensando en la asignatura “Educación para la Ciudadanía” (EpC), el considerar a los niños ciudadanos antes que hijos, ¿no constituye una intromisión del Estado en el ámbito de lo más íntimo y trascendente de la familia, concretamente en el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones? ¿No supone esto una extralimitación del Estado en sus atribuciones?
-Lo más grave de EpC es que supone la expropiación del derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales. A través de EpC el Gobierno se arroga el derecho que solo a los padres corresponde conforme al sentido común y el art. 27.3 de la Constitución: el de determinar los contenidos morales de la formación de la conciencia de los chicos y chicas. EpC, tal y como se ha configurado en España, muestra una vocación totalitaria del Estado y todo totalitarismo es contrario a la familia.
-¿Cree que un niño que no se ha sentido acogido dentro de una familia tendrá capacidad para ser buen ciudadano?
Si la familia no aporta —sería su fracaso— la inicial red de socialización del niño, siempre será difícil que las instituciones sociales suplan esa deficiencia o fracaso de la familia. Lo estamos constatando todos los días.
-¿Tienen las personas derecho a tener hijos o son los niños los que tienen derecho a unos padres?
Si por “tener” se entiende “adoptar”, la respuesta es clara: nadie tiene derecho a un hijo; son los niños los que tienen derecho a tener unos padres que los acojan, quieran, cuiden y acompañen. En materia de adopción, los adultos no tienen ningún derecho (sean homosexuales, heterosexuales, calvos, bajos, negros o blancos); son los niños los que tienen el único derecho que es relevante: el de que se les dé, si es posible, lo que han perdido: un padre y una madre.
-¿Piensa que puede haber familia si el amor entre un hombre y una mujer no se traduce en un compromiso estable y duradero?
Si no existe un compromiso estable y duradero entre hombre y mujer como el que la cultura y el Derecho han configurado bajo el nombre de matrimonio, no existirá el ámbito ecológicamente idóneo para el nacimiento de una familia. Ahora bien, los humanos no somos perfectos y la apertura a la vida puede darse también en un contexto no idóneo o ideal. El Derecho debe proteger y amparar la vida allí donde surja; pero debe proteger y promocionar lo idóneo en este campo como en cualquier otro.
-Si no existe continuidad, ¿piensa que pueden darse las condiciones adecuadas que permitan que los hijos alcancen una madurez suficiente para enfrentarse a su propia historia?
El largo proceso de maduración y desarrollo que tienen los niños en la especie humana hace imprescindible que su ecosistema familiar, sus padres, se mantenga estable durante mucho tiempo. La desaparición de ese ecosistema por causas naturales (muerte, por ejemplo) o voluntarias (divorcio, por ejemplo) es terrible para el niño. La ruptura o desaparición de los padres es siempre un gran fracaso negativo para el niño que afectará a sus posibilidades de desarrollo equilibrado y maduración centrada. Por eso no se entiende que algunas legislaciones traten el divorcio como un fenómeno normal e indiferente para el bien social. Todo divorcio es un inmenso fracaso para los cónyuges afectados y un terrible drama para los hijos.
-¿Podrá aprender un niño a amar, a entregarse, a pensar en el otro en una sociedad donde su familia y la de los otros niños se ha desmoronado ante el mínimo sufrimiento, donde se le enseña que, si los padres se llevan mal, lo mejor es separarse en lugar de luchar por mantenerse unidos?
Los seres humanos somos libres y para nosotros todo es posible. Hasta en un estercolero pueden nacer rosas. Pero es evidente que el desmoronamiento del matrimonio de sus padres no es a priori el ambiente más idóneo para conseguir niños que crezcan centrados, anímicamente estables, antropológicamente optimistas, vitalmente abiertos al compromiso y sicológicamente seguros en su instalación vital. Los padres somos demasiado importantes para nuestros hijos como para que les sea indiferente que desaparezcamos de su horizonte vital como padres, es decir, como la unidad de referencia papá-mamá.
-Romper una familia de manera irreflexiva y banal como propugna el divorcio exprés, ¿lleva a todos los miembros de la familia a un fracaso traumático o podría verse como un bache sin más que será superado con el tiempo?
-El divorcio exprés es una terrible irresponsabilidad, pues supone tratar al matrimonio como algo irrelevante e intrascendente. El divorcio exprés es un reflejo de que estamos tocando fondo en la pérdida de sentido de lo humano. Recuperaremos el matrimonio en la medida que recuperemos al hombre; y recuperaremos al hombre en la medida en que recuperemos a Dios. Mientras tanto, haremos lo que podamos para actuar sobre la mente y el corazón de nuestros contemporáneos para extraer de ellos lo mejor de que son capaces.
Un estado responsable y democrático, ¿no debería preocuparse de proteger a la familia de todas las agresiones y ayudarla en sus dificultades, puesto que en ella es donde la persona empieza a tomar conciencia de su ser social y por tanto a aprender a edificar una sociedad solidaria?
Por supuesto. Solo la ceguera ideológica que provocan las ideas antihumanistas de la modernidad puede ocultar esta elemental obligación.
Un estado democrático y con objetivos de solidaridad social, ¿no debería preocuparse por ayudar económicamente a las madres en riesgo de abortar del mismo modo que lo hace con los parados, los ancianos o los que están en período de incapacidad laboral transitoria o permanente?
-¿Por qué se han suprimido las subvenciones a los centros pro-vida en España?
Evidentemente. El aborto es la forma más brutal de violencia estructural contra las mujeres que admiten nuestras sociedades. El aborto es el precio que nuestra sociedad debe pagar a la promiscuidad sexual que consideramos rasgo moderno irrenunciable de vida. La legalización del aborto es la gran hipocresía social actual. Permite a nuestra sociedad mirar para otro lado ante las consecuencias de la irresponsabilidad sexual. Por eso no lo tratamos como un problema social digno de ser resuelto y por eso nos negamos a atender a la mujer y ayudarla a resolver sus problemas de forma compatible con la continuación del embarazo. Por todo ello creo que el proyecto REDMADRE del Foro de la Familia va a la esencia del problema.
-Los jóvenes dicen que están hartos de oír a sus padres y mayores que antes también había dificultades y se casaban con lo puesto y poco más. ¿Qué pasa ahora o qué falla?
-La voluntad y la fe necesarias para afrontar el reto de hacer familia no dependen de los medios económicos, sino de la percepción de nosotros como personas, como realidades abiertas al infinito. Quizá esto es lo que no hemos sabido enseñar a los jóvenes de hoy. Según el Foro de la Familia, ¿a qué se debe el cambio de concepto de familia en España desde el punto de vista social?
-En España vivimos en familia el 98% de las personas y un 94% de los núcleos de convivencia existentes son matrimonios. El problema no es cómo vivimos, pues seguimos haciéndolo en familia de forma absolutamente mayoritaria. El problema es cómo pensamos, cómo nos influyen los mitos de la ideología de género hasta perder de vista que familia solo hay una, la abierta a la vida sobre el compromiso estable entre un hombre y una mujer. En materia de sexo no hay nada nuevo desde la época de las cavernas. Ni la homosexualidad ni las madres solteras ni los amantes ni el egoísmo son un invento de nuestra época. Lo específico de nuestros días es el prejuicio ideológico de creer que esas realidades y el matrimonio son lo mismo y que todo es familia.
-Hace pocos años el proyecto de Constitución Europea fracasó. Aunque esto ocurrió por diversos motivos, era evidente que había una postura explícita de desengancharse de las raíces cristianas de Europa, tan palpables como históricas. ¿Opina que el nuevo proyecto salvaguardará no solo estas raíces, sino también la realidad cristiana de la familia?
-Europa está cambiando mucho en pocos años. La ideología que inspiró la Constitución europea hace cinco años ya no es mayoritariamente defendida por los gobiernos europeos. Ángela Merkel y Sarkozy no son igual que sus predecesores. La España de Zapatero es una anomalía en estos momentos y creo que el futuro estará más en una recuperación del humanismo clásico europeo que en los epígonos de la posmodernidad irracional que vivimos en España estos días.
-El Papa habla de la ley natural como esa relación que existe entre el Creador y su creatura, que se manifiesta con más claridad en la plasmación de la pareja humana a su imagen y semejanza, abundando en la “racionalidad” de esa relación como fundamento de la ley natural. ¿Por qué se cierra los ojos ante la ley natural y se admiten dentro del concepto de familia agrupaciones de personas de lo más variopintas, aunque chirríe abiertamente con esa “racionalidad” presente en la creación? ¿Qué papel cree que juega en el debilitamiento de la familia el considerar matrimonio a una unión civil de dos personas del mismo sexo?
-El considerar matrimonio la unión de dos personas del mismo sexo demuestra que no se sabe lo que es el matrimonio, supone creer que matrimonio es lo mismo que sólo afecto y sexo. La puerta de entrada al matrimonio es efectivamente la atracción afectivo-sexual entre hombre y mujer; pero esa es solo la puerta de entrada; tras ella está lo que interesa e individualiza al matrimonio como institución socialmente relevante: la apertura a la vida y todo lo que la paternidad-maternidad implica; es decir, precisamente lo que no existe en la unión entre dos personas del mismo sexo.