No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. (Mateo 5, 17,19)
He escuchado, leído y meditado muchas veces el maravilloso “Sermón del Monte” donde marcas las huellas luminosas que has dejado para iluminar mi camino.
Tu sabes que para mi y en mis fuerzas es imposible ser sal para deshacerme por los que me rodean, luz para los que están a oscuras o fermento para los que me piden su ayuda. Tu bien sabes Señor que soy uno mas de los que si tu no te hubieras manifestado en mi vida seguiría por otros senderos distintos de los tuyos. Pero he visto que tu vas conmigo, he sentido en lo profundo de mi corazón tu llamada y quiero andar siempre contigo mi camino. Porque yo solo no puedo pero si puedo si vas conmigo. Si me ayudas, si me animas, si me empujas tu cada dia puedo y podre siempre hacer sencillamente lo que tenga que hacer. Lo que me mandes, lo que pongas frente a mi. Podré servir, ayudar, animar…, dar de lo que tu siempre me das cada dia.
Quiero hoy hacer tu voluntad con alegría, sin miedos. Saborear el pan que tu me das como alimento en este dia. Descansar todo en ti. Nada hay que contigo no pueda superar. Mis dolencias, mis preocupaciones, mis afanes, mis problemas…¡Llévalos tu Señor! Carga tu con mi cruz de este dia porque como me recuerda el salmo “Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan” Salmo 23,4.
Sin ti Señor, no soy nada. Si no estas tu dentro de mi nada puedo dar. Porque de ti Señor recibo la auténtica vida, esa vida que tiene que tener siempre sabor a eternidad a ese Reino tuyo que no tiene fin donde el amor no tiene límites y donde la felicidad será siempre plena. En ese Reino quiero vivir siempre contigo por eso hoy como cada dia te digo… ¡Ayúdame tu Señor!