El terrible suceso se produjo en la madrugada del domingo al lunes cuando unos desconocidos entraron en su habitación y la trasladaron al taller de costura de su centro donde fue decapitada. Los hechos sucedieron en la aldea de Nola, cerca de Berberati.
“Tenemos pena por lo que le ha pasado a Inés. Ella era una monja menudita, que no hablaba mucho. Las muchachas con las que hacía costura tienen que estar muy tristes ahora. Pese a todo, nosotros seguiremos trabajando en esta zona del mundo”, ha expresado el obispo de Bangassou, Juan José Aguirre en una entrevista en la Cope.
L’Osservatore Romano ha confirmado el fallecimiento de la religiosa, pero el medio de la Santa Sede no ha querido aventurar hipótesis sobre las razones del ataque, frente a las especulaciones de diferentes medios italianos, que hablan incluso de comercio de órganos como móvil del ataque.
Solo en la República Centroafricana murieron asesinados 5 misioneros en el pasado 2018. Los datos de esta año son preocupantes con 7 sacerdotes asesinados en África y 3 en América.