“VIRGINIDAD”
Sarai Aser, artista chilena afincada en Rotterdam, trabaja con la fotografía como su instrumento de expresión, evangelización y vida. Busca encontrar ese pequeño detalle en el que se realza la grandeza de Dios; ese pequeño milagro que nos sorprende y nos llena de ilusión, confianza y esperanza para avanzar cada día.
Sarai ha trabajado como voluntaria durante años en Amsterdam, en el “Red Light District”, visitando a prostitutas en sus horas libres y dándoles clases de fotografía. Procuraba así acercarse a ellas para enseñarles otro enfoque de la vida. Esta obra, en concreto, es ejemplo de estos talleres, donde se utilizó un fondo rojo para representar la sangre, el dolor, el vacío sobre el que se situó un brote fresco, significando la vida nueva que nace cada día. Es muy impactante cómo Sarai les habla a las prostitutas a través de esta imagen, de cómo, a pesar de su vida pasada, del pecado que lleven, de lo sucias y echadas a perder que ellas se sientan, a los ojos de Dios siempre pueden renacer frescas, pueden volver a brotar porque existe la salvación. “Virginidad” representa cómo se puede nacer de nuevo y cómo hasta una prostituta puede volver a sentirse virgen ante los ojos de Dios.
En palabras de la artista: “El color rojo simboliza la sangre del Señor vertida en la cruz del calvario, cuyo sacrificio nos ha librado del pecado. representa también el amor eterno y la pasión de Cristo, entregado para salvarnos. El color verde, en el centro de la obra, significa un nuevo comienzo, nuevo renacer, nuevas esperanzas, nuevas oportunidades que nos ofrece Dios a través de su hijo amado Jesucristo para reconciliarnos con nuestro creador”.
Este es un buen ejemplo de cómo el arte contemporáneo es utilizado no solo como instrumento de evangelización, sino incluso de sanación interior. La abstracción de las formas es el espejo de nuestra alma. Cada uno vemos en este cuadro el dolor que llevamos dentro y la esperanza que brota por encima. Es emocionante ver cómo este cuadro describe la Misericordia de Dios, el perdón por encima del pecado, con un resurgir casi milagroso de un nuevo comienzo. Es un canto a la esperanza, entregándonos a Cristo y clamándolo: “Toma mi vida hazla de nuevo, yo quiero ser un vaso nuevo”.
“VIRGINIDAD”
Sarai Aser
120 x 80 cm
Impreso digital sobre lienzo
2010
“POR NOSOTROS”
Anneke es una artista profundamente anclada en la fe cristiana y su vida ha sido una lucha por llegar al Amor de Dios y difundirlo al mundo. Durante su juventud, cuando estudiaba en la Academia de Bellas Artes Gerrit Rietveld en Amsterdam a principios de los años setenta, era un tiempo de ateísmo oficial. Intentaron convencerla de que la religión era una farsa y que Dios estaba muerto, que no existía ni en la vida ni en nuestro interior. Ese vacío le dolió profundamente y, en cuanto tuvo libertad para elegir la temática de sus obras, se dedicó a buscar a ese Dios muerto o perdido a través de la pintura. Y así, como ella dice, “de este modo podría hacer ver a otros que Dios no está muerto, sino muy vivo”.
En sus cuadros ha representado la pasión de Cristo y la crucifixión en diversas ocasiones. Justamente para tratar el tema de la muerte de Dios, no solo desde el punto de vista de la sociedad, que no ha dejado un espacio para Él, matando su presencia en la calle, en los medios de comunicación, en los hospitales, en los colegios…; sino, además, la muerte de Dios que causamos cada uno de nosotros con nuestras palabras, nuestras acciones y nuestras faltas de amor. Anneke describe la obra “Por nosotros” de la siguiente manera:
“La viga vertical refleja la madera de la cruz, el pilar donde Jesús inocente sufre como un criminal una muerte atroz. La suciedad esparcida por la cruz simboliza nuestro pecado, nuestro egoísmo, nuestra ambición de poder… La pintura roja que gotea se refiere a la sangre derramada, la muerte de Cristo. El fondo oscuro simboliza el abandono que Jesús experimentó, la soledad, el vacío”.
Es impactante cómo podemos sentir a través de esta obra que cada uno de nosotros somos culpables de la muerte de Cristo en el día a día, cuando lo abandonamos, cuando no brilla a través de nosotros. Es como si con nuestros fallos abriéramos sus heridas goteando la sangre que ha derramado por nosotros. Y me pregunto, ¿qué le hemos devuelto a cambio?
Anneke concluye: “Espero que la persona que contemple mi obra se sienta conmovido y llegue a experimentar personalmente el amor de Cristo. El murió para que nosotros pudiéramos vivir”.
“POR NOSOTROS”
Anneke Kaai
100 x 120 cm
Técnica mixta
2010
María Tarruella Oriol
Comisaria de Arte + Fe