Conocer a Jesucristo
- Ruego continuamente al Señor que me dé el amor de los enemigos… Día y noche le pido al Señor este amor. El Señor me da lágrimas y lloro por todo el mundo.
- Señor, enséñanos a través de tu Espíritu Santo a amar a nuestros enemigos y a orar por ellos con lágrimas.
- Señor, como tú oraste por tus enemigos, así enséñanos también, para que nosotros perdonemos a los que nos ofenden a través del Espíritu Santo, para amar a nuestros enemigos.
El Staretz (un padre espiritual) también señala que el que no ama a sus enemigos muestra que no ha aprendido del Espíritu Santo a amar a Dios.
Amar a los propios enemigos está estrechamente ligado a la humildad. El Staretz suele asociar estas dos virtudes. Casi todas las dificultades que encontramos en amar a nuestros enemigos están vinculadas con el orgullo: es del orgullo que fluye la aflicción que sigue a los insultos, a los odios, (es del orgullo que fluye) el mal genio, el rencor, el deseo de venganza, el desprecio por el prójimo, el rechazo a perdonarlo y a reconciliarse con él.
- Si amamos a nuestros enemigos, el orgullo no tendrá lugar en nuestra alma.
El hecho de que la humildad vaya de la mano con el amor a los enemigos demuestra la presencia de la gracia y la autenticidad del amor:
- Si tienes compasión por todas las criaturas y amas a tus enemigos, y si, al mismo tiempo, te juzgas a ti mismo como el peor de todos, esto demuestra que una grande gracia del Señor está en ti.
- Humíllate, entonces la gracia te enseñará.
- El orgullo nos hace perder la gracia.
- El alma que es atormentada por malos pensamientos no entiende que debe humillarse y amar a sus enemigos, porque sin eso no se puede agradar a Dios.
- Considérate el peor de todos los hombres.
Esta es una actitud de gran humildad que por su naturaleza implica penitencia. El que se considera el peor de los hombres piensa necesariamente que los demás son mejores que él; se juzgará y se culpará a sí mismo, y no juzgará ni criticará a sus enemigos, porque tiende a estimarlos mejor que él mismo.
- Si juzgo a alguien o lo miro con enojo, mis lágrimas se secan y caigo en el desánimo; y nuevamente comienzo a pedirle al Señor que me perdone, y el Señor misericordioso me perdona, un pecador.
- A través de tal actitud, mediante la cual el alma reconoce humildemente ante Dios sus fallas y defectos y obtiene de Él el perdón, se puede hacer una apertura cada vez más grande para la gracia y el progreso incesante en el amor.
- En cuanto a una ausencia total de compasión por los enemigos, muestra la presencia y la acción de un espíritu maligno; el arrepentimiento sincero es la única forma de liberarse de él.
Para la persona que se siente desanimada por una tarea tan exigente, San Silouan lo tranquiliza:
- Viendo tu buena intención, el Señor te ayudará en todo.
El Staretz sintió en sí mismo una impotencia y una debilidad tan humanas que parece piensa constantemente en estas palabras del Apóstol:
TODO LO PUEDO EN AQUEL QUE ME CONFORTA (Fil. 4:13)
Como señaló el Staretz,
[Es] posible juzgar si un estado dado de contemplación fue una realidad o una ilusión, solo después de que el alma vuelve a la conciencia del mundo; si no experimenta el amor a los enemigos y a todas las criaturas, sería un verdadero indicio de que la supuesta contemplación no era una verdadera comunión con Dios.
(1) Traducción al español de algunos Apotegmas de san Silvano del Monte Athos: Archimandrite Sophrony, St. Silanon’s Atonite, The Monk of Mount Athos. London 1973, 70-71. English translation by Jean-Claude Larchet [But i say to you, love your enemies, Communion, 10 julio 1997]. You tube.
En francés: Sobre la Humildad https://www.youtube.com/watch?v=TVYZCoOoAJw
Sobre el Amor https://youtu.be/QiXO6eZ99TU
Sobre la conversión https://www.youtube.com/watch?v=ySDu3pgc2c4
Sobre la pérdida del Paraiso https://spectrum.library.concordia.ca/1608/1/MQ68399.pdf
Sobre el lamento de Adan, Arvo Part https://www.arvopart.ee/en/arvo-part/work/505/