Tras 10 años, el mensaje de amor sigue vigente
Hace ahora 10 años, Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, visitó España. En los muchos encuentros que mantuvo durante su estancia en nuestro país, que se inició el 26 de noviembre de 2002 y se extendió hasta el 9 de diciembre, pronunció discursos y concedió numerosas entrevistas, cuyas respuestas siguen teniendo hoy toda su vigencia.
Alfa y Omega tuvo ocasión entonces de recoger sus palabras, en una entrevista en la que Chiara afirmó que «el desafío más importante que tiene el mundo tras el 11 de septiembre de 2001 consiste en descubrir y vivir la fraternidad universal».
Durante aquellos días, la fundadora de los focolares dirigió un mensaje de amor que hoy sigue siendo muy actual. En todos los lugares a los que fue invitada, habló sobre el espíritu de unidad y fraternidad que mueve el Movimiento, animando a todos a actuar de este modo: «Sobrepasar siempre con el pensamiento y con el afecto del corazón cualquier límite puesto por la vida humana y tender constantemente y por hábito adquirido a la fraternidad universal». Palabras que pronunció el 8 de diciembre en La Cubierta de Leganés, ante cinco mil focolares.
Pero antes de recalar en Madrid, Lubich permaneció tres intensos días en Cataluña, en donde se encontró con la comunidad del monasterio de Monstserrat, intervino ante los políticos del Parlamento catalán y se reunió con jóvenes de la archidiócesis de Barcelona. Ante los políticos catalanes aseguró que «la más alta dignidad de la Humanidad sería no sentirse un conjunto de pueblos que a menudo lucha entre sí, sino, gracias al amor mutuo, un único pueblo enriquecido por la diversidad de cada uno», en referencia a los atentados de septiembre de 2001. «La idea que he querido dejar [ante los diputados catalanes] es la fraternidad universal», reconoció en 2002 a Alfa y Omega.
Chiara Lubich también tuvo ocasión de hablar a un grupo de obispos españoles, a los que explicó cómo el Movimiento de los Focolares vive la nueva evangelización propuesta por Juan Pablo II, y cuál es el origen de la fraternidad que propone: «Todo hombre ha sido creado a imagen de Dios, que es Amor. Por ello, es posible amarse mutuamente, y puede nacer también con ellos el diálogo».
Durante su visita a España, la fundadora de los focolares promovió la creación de un nuevo proyecto, la Ciudadela Castillo Exterior. El movimiento cuenta con 35 ciudadelas repartidas por todo el mundo. «Se presentan como pequeñas pero auténticas ciudades modernas, con casas, comercios, lugares de encuentro, centro de arte, talleres de distinta índole, pequeñas empresas que contribuyen al sustento de los habitantes, su iglesia, sus escuelas de vida y de espiritualidad. Estas ciudadelas, por el estilo de vida que proponen, pueden ofrecer una luz nueva para la convivencia en las grandes ciudades», aseguran desde el movimiento focolar.
Ciudadela Castillo Exterior, situada en las Matas, fue pensada por Chiara Lubich. Su nombre, tal como expresó entonces la fundadora, hace referencia a la fraternidad que lleva a ofrecer la presencia de Dios en el mundo actual, fruto del amor recíproco, un castillo no sólo interior, con la presencia de Dios en el corazón, sino exterior, que irradie y haga visible esa presencia de Dios característica de la espiritualidad de comunión de los focolares.