Un sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él conocía sus pensamientos y dijo al hombre de la mano atrofiada: “Levántate y ponte en medio”. Y, levantándose, se quedó en pie. Jesús les dijo: “Os voy a hacer una pregunta: ¿qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?” Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo: “extiende tu mano”. Él lo hizo y su mano quedó restablecida. Pero ellos, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús (San Lucas 6, 6-11).
COMENTARIO
Jacob Neusner es un rabino americano a quien cita el Papa Benedicto XVI en su Libro “Jesús de Nazareth”. Este rabino presume de buena relación con teólogos cristianos, tanto católicos como protestantes. Respeta sus doctrinas y muestra grandes acuerdos y coincidencias en un libro que ha tenido una notable difusión: “Un rabino conversa con Jesús”.
Pues bien en ese libro en que habla elogiosamente de Jesús y de sus doctrinas, concluye que Jesús se equivocó en lo que los Evangelios dicen sobre su posición respecto del sábado. “Yo le hubiera seguido en todas sus doctrinas, dice, menos ahí. En ese punto le habría abandonado como hicieron tantos en su tiempo”.
Evoco esto para dar a entender la postura de los escribas y fariseos. A nosotros nos puede parecer un punto secundario, discutible, no decisivo como por ejemplo su pretensión mesiánica. “El que me ve a mí ve al Padre”. El primer mandamiento es: “Amarás al Señor tu Dios…” Etc.
Sin embargo, como vemos, para los judíos auténticos tanto en tiempo de Jesús como ahora, es decisivo.
La pregunta de Jesús a la gente nos parece muy sencilla: “¿Qué está permitido hacer en sábado, el bien o el mal?”
Los escribas y fariseos no respondieron a una pregunta tan sencilla y evidente. Por eso Jesús se apena de su ceguera. Están obcecados por la fidelidad a lo mandado en la Torá. Y en cierto modo les desafía curando al hombre de la mano enferma. Discutían qué había que hacer con Jesús. Y deciden acabar con él.
En otros pasajes del Evangelio llega a afirmar, el Hijo del hombre es Señor del sábado y también “el sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”.
Todo eso nos parece de sentido común y no parece plantear problema para nosotros, en cambio para los judíos de su tiempo era decisivo, era la línea roja imposible de pasar. No sólo para seguir o abandonar a Jesús, era causa de sentenciarlo como reo de muerte, por respeto a Dios y a su Ley.
Jesús no cree contravenir la Ley al colocarse por encima de este precepto, el primer mandamiento, en la nueva doctrina, es el amor a Dios y al prójimo. Mientras el novio está presente, los amigos del novio pueden hacer fiesta por encima de todo. Hacer el bien está por encima de todo precepto.
Aprendamos la lección.