Entonces se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían convertido: “¡Ay de ti, Corazaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti”.( Mateo 11,20-24)
Hablar sobre los Evangelios es hablar de buenas noticias y hoy este relato que nos toca comentar nos ayuda a reflexionar sobre la buena noticia que nos trae y sobre la vida que llevamos rodeada de incomprensiones, de injusticias y de violencias con las que convivimos a diario.
Vivimos en un mundo y en un país convulso que ha pasado por todo tipo de trances y avatares a lo largo y ancho de la historia, pero es donde hemos nacido y donde se nos ha dado todo lo necesario para nuestro desarrollo humano: familia, formación, bienestar, trabajo, recreo y hasta malas noticias porque existen los abusos y las injusticias pero donde también existen las buenas noticias, que todos los días podemos escuchar y recibir ya que son fruto de la convivencia, la relación, el buen hacer, la comprensión, la templanza, la paciencia, la alegría todas ellas relacionadas con el amor.
Buena noticia es la que nos anuncia que Dios existe y que Dios es amor, estas noticias son LA NOTICIA que nos ayuda a descubrir que no estamos solos en el mundo, que existe el otro y que existen los otros, los que están cerca y los que están lejos. Esta noticia enseña que los seres humanos no somos enemigos unos de otros, y que si así fuera, nos invita “a amar a nuestros enemigos” (Mt. 5,44).
Se nos ha anunciado la buena noticia de que Dios quiere al ser humano y que ha enviado a su hijo Jesucristo a dar su vida, perdonándonos y dándonos su Espíritu. Esta predicación es buena noticia pero el ser humano no hace caso de las noticias, ya sean estas buenas o malas, por una parte las malas noticias no las queremos escuchar, porque nos limitan y nos hacen descubrir que no somos dioses y por otra parte las buenas noticias tampoco las queremos escuchar porque nos creemos adultos y capaces de organizar nuestra vida y de autogestionar las noticias por nosotros mismos.
Dice una canción que todos queremos más y más y mucho más y así nos va, porque hemos cambiado el ser por el tener. Tener más poder, más dinero, más prestigio, más soberbia, más orgullo, más intransigencia, más autosuficiencia. Estas son las metas a las que nos dirigimos. Hoy con este Evangelio, se nos vuelve a regalar una Buena Noticia: amaos unos a otros como Dios nos ama.