«En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Habéis oído que se dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas”». (Mt 5, 38-42)
Tengo la impresión de que estamos tocando con este Evangelio una vez más el meollo del mismo: una caridad sin farsa, de temple heroico. En la carta a los Romanos (12) se nos exhorta vivamente a cultivar un amor no hipócrita (literalmente), no simulado; a presentar nuestro cuerpo como una víctima viviente, santa, agradable a Dios, verdadero culto espiritual. Presentar la otra mejilla como pedernal; dar de regalo la capa a tu ladrón de turno, dejando frío tu corazón; dar pisadas y caminatas sin ganas, porque el amor lo reclama; dar al que te pide tu sustento vital… Todo esto es Evangelio, en su máxima altura.
Nos ahorraríamos muchos sufrimientos estériles si supiéramos ofrendarnos en oblación pura, eucarística. Esta es la “lógica latría” de la que nos habla la San Pablo, el obsequio racional puro, el culto espiritual. Los sufrimientos del amor serían entonces la estabilidad del alma, la conquista de la cima insospechada. Dios se me da misteriosamente, está al alcance, por la ofrenda de mi vida corpórea. Igual que Él me llega y me llaga cuando pone su Cuerpo encima del altar sacerdotal, así yo le alcanzo cuando pongo mi cuerpo en manos de la terrible caridad, en manos del amor mortal. Amando toco a Dios. Despojándome de viejas capas me revisto de su mejor gracia. Es el neotestamentario juego del perder-ganar que encandiló al cardenal J.H.Newman, al humilde portero de Montesión San Alonso Rodríguez y al mismo Francisco de Javier.
La Antigua Alianza, bien vivida llega muy lejos. Nos permite el acceso a un amor alto, noble, de humillación a lo sumo. Pero el Nuevo Testamento está diseñado para morir, y de ahí pasar a la Vida. Isaac no llegó a perecer ante la danza del cuchillo. Cristo, sí. La caridad se hace madura con la muerte y resurrección de Cristo. Amor mortal del Nuevo Testamento.
La gracia bautismal —el amor teologal— va por sí misma en paulatino aumento (Mc 4,26-29). De lo que se trata es de no poner impedimento a dicho aumento. La vida nos proporciona multitud de oportunidades para desplegar este amor noble y valiente, este amor sencillo y manso. No desperdiciar las ocasiones, rescatar el tiempo y dar amor al odio, que tan necesitado está de él.
Las balas se paran con el silencio, no con cañones. Cicerón escribe a Gornificius: “Estamos aquí en guerra con un gladiador, el más perverso de todos los hombres, M.Antonio, colega nuestro. El combate no es igual, ya que él emplea las armas y nosotros la palabra” (Carta DCCLXXVII). El texto latino de esta última frase es mucho más expresivo: “Contra arma verbis”. Nos viene muy bien está expresión que queda convertida en todo un programa cristiano. Contras las armas del mundo nosotros presentamos al Verbo y este crucificado, la paz convertida en suave lanza frente a la oxidada máquina de combate. Uno de los santos padres afirmaba que cuando Cristo desarmó a Pedro en el huerto de los olivos desarmó a toda la Cristiandad.
Cristo ante la bofetada reacciona, contra toda apariencia, presentando la otra. ¿Cómo? Respondiendo con paz, con mansedumbre, con amor, con justicia divina: ¿Por qué me pegas? Algún autor espiritual va más lejos y dice que no presentó la otra mejilla sino todo el cuerpo a la Pasión. No ha de entenderse literalmente vaciar el ojo o arrancarse una pierna, sería una lectura sin espíritu, falseada, distorsionada. Estamos ante un caso semejante. Presentar la otra mejilla no es menear el cuello sino ofrecer en amor de servidumbre —de antivenganza— al que te quiere hacer daño. Detrás de la bofetada de Cristo viene el dogma proclamado, la verdad, la suavidad, la misericordia… viene todo el amor de Pasión. Los pecadores pedían amor y Cristo se lo dio.
Al que quiera liarte jurídicamente para quitarte lo tuyo, defiéndete pero poco. La lección de la vida del Poverello de Asís siempre la tenemos presente. Su padre, Pedro Bernardone, intenta vengarse de él desposeyéndole de todas las propiedades. Con su brusca actitud y sin saberlo dio con la tecla que estaba soñando oír el humilde santo en ciernes ¡¡Por fin, sin nada, por fin sin nada!! Eran las bodas de la Dama Pobreza. Esta le pidió todo y Francisco le dio todo, sin dejar cosa. Al que te pide, dale.
Pasar la tarde con quien no se apetece, gastar el tiempo en lo no provechoso para ti, en lo que no te reporta beneficio alguno, caminar y caminar para acompañar al solitario, al necesitado de una presencia, decir sí a quien todo el mundo dice que no… todo esto es quehacer del amor. Acompañar, acompañar, acompañar… No olvidemos este verbo. No olvidemos al Verbo que puso su tienda entre nosotros y nos acompaña no una milla sino una eternidad, de por vida. La Compañía de Jesús recibe su nombre de la vida y ministerio del Redentor. Acompañar a Cristo en la pena y en la Gloria.
Al que te pide, dale. ¿El Señor pidió agua a la samaritana o le pidió sed? Yo creo que fundamentalmente sed; sed de amor de su Corazón. Ella dando su agua le va dando su sed de Agua Viva, le va dando Amor.
El mundo clásico visto con los ojos de Cristo resulta sorprendente en numerosos casos. Acabemos nuestro comentario con unas palabras del citado Cicerón: “Hoy —como dice Terencio— el tiempo nos da otra vida y demanda otra conducta. Por tu parte no tengas sino sentimientos nobles y elevados”. (Nunc hic diez aliam vitam affert, alios mores postulat… Tu fac magno animo sis et excelso)
Francisco Lerdo de Tejada
3 comentarios
A quien te pide, dale | BuenaNueva, ¿Que mas nos puedes explicar?, me resulta practico esta informacion. Saludos.
A quien te pide, dale | BuenaNueva, ¿Puedes aportar más?, me resulta insterense esta articulo. Saludos.
A quien te pide, dale | BuenaNueva, ¿Puedes aportar más?, me resulta didactico esta post. Saludos.